Revista Opinión
No es de extrañar que hoy el vídeo elegido, el que pongo siempre los domingos, sea la bárbara Barbra con The way we were, tan acorde con mi estado ciclotímico, melancólico con lo que está ocurriendo. A veces la política te toca el tema personal y la renuncia de José Luis Rodríguez Zapatero, por otro lado necesaria, me recuerda tiempos memorables en los que después de tantos años con la política, que ahora muchos olvidan, de la derecha pura y dura de Aznar, el PSOE volvió al poder. Recuerdo el primer pleno en el Ayuntamiento de Cádiz después de las elecciones generales del 2004 en las que hoy de nuevo pagaría por ver las caritas de los concejales del PP y de la propia Alcaldesa con el gesto descompuesto. Recuerdo la alegría de todos, la primera rueda de prensa para sacar las tropas de Irak. Los avances en derechos civiles, en la igualdad, en el reconocimiento de las minorías, la ley de la dependencia, y tantos gestos que no podemos, ni debemos olvidar, a pesar de todo lo que ha llovido y todo lo que hemos cambiado, como decía yo hace unos días aquí mismo. La izquierda en Europa está abatida y la izquierda en España no ha sido una excepción; ha dejado de gobernar, ha dejado de tomar decisiones que afecten a los ciudadanos, los europeos nos hemos americanizados y nadie, ni Zapatero, ni Sócrates, ni ningún dirigente socialdemócrata europeo es ya capaz de frenar el desmoronamiento del Welfare. He sido en los últimos post del blog muy crítico con esta situación y no creo que haya que cambiar esa apreciación pero sería injusto pensar que "toda la culpa" de esto la tiene José Luís Rodríguez Zapatero, ni tampoco sería de recibo que nada tiene que ver. La desmovilización general está en la sociedad en general, en los sindicatos, en el "sálvese quien pueda" en las empresas, en aceptar salarios de mierda, en conformarnos con que nos reduzcan los sueldos y no salir a la calle. Criminalizar a Zapatero por todo esto sería injusto, tremendamente injusto desde un punto de vista personal. Ayer, a esta misma hora, estaba en Londres, un pasito más en lo que está ocurriendo aquí, una sociedad donde no hay domingos, donde los servicios públicos se deterioran, donde los discapacitados físicos no puede acudir a todas las paradas de metro porque en la mayoría de las estaciones sólo hay largas escaleras, donde el Estado es más y más pequeño, donde las tasas universitarias públicas son elevadísimas,... eso es Londres, la capital del capitalismo europeo, eso es Alemania, eso es Merkel, ¡eso es Europa! Al final nada es lo que era, The way we were.