Una llamada me despertó para decirme que había nacido J. Sí, por más que luché para que no llevara el mismo nombre que el padre no lo conseguí.
Recuerdo la sensación de que me despertara el teléfono a las 7.30 de la mañana para darme la buena noticia. Una sensación rara, porque no podía ir corriendo al hospital a conocerle, a pesar de que era lo que más me apetecía. Me conformé con recibir varias fotografías en las que constaté el gran parecido con el progenitor. Esos morritos son de familia. Ese día compré pasteles y vino para celebrar un nacimiento que se había producido a casi 830 kilómetros, los mismos que hoy nos siguen separando.
A pesar de la distancia que aún nos separa, de las pocas veces que nos hayamos podido ver,... hay muchas cosas que me hacen tan feliz:
- Las notas de audio diciendo "pinsesa".
- Los vídeos.
- Las fotos
...
Hoy es el cumpleaños de la persona que me otorgó el título del que más orgullosa me siento: hermana mayor.
¡Felicidades Nano!