«Hubo árboles antes de que hubiera libros, y acaso cuando acaben los libros continúen los árboles.
Y tal vez llegue la humanidad a un grado de cultura tal que no necesite ya de libros, pero siempre necesitará de árboles, y entonces abonará los árboles con libros».
Miguel de Unamuno.
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Este 2011 se celebra el Año Internacional de los Bosques.
Y con ese motivo, Eduardo Viñuales realizó un artículo para el suplemento Artes&Letras de Heraldo de Aragón, publicado el 30 de junio con el título Literatura y creación: la arboleda encantada, en el que hizo una excelente recopilación de "aquellos libros que nos hablan de árboles frondosos, de las hojas y frutos del bosque, de los animales o plantas que habitan en las sombras... así como de aquellos otros que reúnen tantas y tantas historias, cuentos o leyendas que se han ambientado en esos escenarios silvestres que son un valioso tesoro natural que como debemos preservar entre todos, pues cada año se pierden unas trece millones de hectáreas de bosques en el mundo".
Me voy a permitir traeros aquí los títulos que menciona Viñuales en su artículo, por si no sabéis qué leer este verano.
• Cuentos de árboles. Ibai, 1988.
• La voz de los árboles. Greenpeace. Planeta, 1999.
• El bosque animado. Wenceslao Fernández Florez. Espasa-Calpe, 1965. O en su defecto, la película.
• El hombre que plantaba árboles. Jean Giono. Duomo Ediciones, 2010.
• El legado de la luna. Julia Butterfly. RBA, 2000.
• Los bosques del mundo. Lunwerg. 2011. Textos de Joaquín Araújo.
• La magia de los árboles. Ignacio Abellá. Integral, 1996.
• Memorias de un árbol. Guido Mina di Sospiro. RBA, 2007
• Senderos entre los árboles. Antonio Rodríguez Vila. Al y Mar, 2002.
• La vida alrededor de un árbol. Lectio, 2006.
• Diccionario por imágenes del bosque. Panini, 2001.
• El bosque. SM, 2000.
• Nuestros bosques. Elfos, 2009.
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Y cerramos el apunte igual que lo hace Viñuales, con una cita de Miguel de Unamuno.
«Hubo árboles antes de que hubiera libros, y acaso cuando acaben los libros continúen los árboles.
Y tal vez llegue la humanidad a un grado de cultura tal que no necesite ya de libros, pero siempre necesitará de árboles, y entonces abonará los árboles con libros».