Talismán, es el poema que nos presenta Vivi Redondo desde Argentina. Nuestra segunda entrega de hoy, Todo puede venir, se encuentra a cargo de la escritora y periodista cubana Mirta Aguirre
Se ve el silencio
rondas de miradas
agitadamente quietas
respiraciones acalladas
latidos desordenados
oídos entrenados
en diferenciar pisadas.
Aire frío permanente
destapadas
mueven imperceptiblemente
alguna mano vecina
mínimo calor compartido
en esa inquietud inmóvil.
¿Por quién vendrán?
la descubren
tiene color su piel
sus ojos no están congelados
se le escapa el miedo
mueve sus parpados
respira sin silenciarse
casi imperceptiblemente
sin anestesia
una lagrima
atraviesa su mueca de sonrisa
crea un sonido contagioso
canción popular
por todas conocida
algo despierta
los músculos
se van animando
necesitan aire
temblorosas
prolongan el lazo
recuperan sus cuerpos
como pueden
sonrisas olvidadas
ojos vidriosos
redescubren
comprometidas lágrimas
un talismán
silbidos de vida.
esa puerta pesada
hacia destino incierto
no las distrae
no tiemblan
ni se abandonan
la irrupción
las entrelaza
con una maniobra
resistiendo como puede
aun con capucha
desafinada
prolonga lo que puede
con historia
haciendo historia
legando en su silbido
convicción de lucha
que no pueden
que no pudieron
que no podrán
arrebatarles
arrebatarnos.
Por: Vivi Redondo
Todo puede venir por los caminos
que apenas sospechamos.
Todo puede venir de dentro, sin palabras
o desde fuera, ardiendo
y romperse en nosotros, inesperadamente,
o crecer, como crecen ciertas dichas,
sin que nadie lo escuche.
Y todo puede un día abrirse en nuestras manos
con risueña sorpresa
o con sorpresa amarga, desarmada, desnuda,
con lo triste de quien se ve de pronto
cara a cara a un espejo y no se reconoce
y se mira los ojos y los dedos
y busca su risa inútilmente.
Y es así. Todo puede llegar de la manera
más increíblemente avizorada,
más raramente lejos
y no llegar llegando y no marcharse
cuando ha quedado atrás y se ha perdido.
Y hay, para ese encuentro que guardar amapolas,
un poco de piel dulce, de durazno o de niño,
limpia para el saludo.
Por: Mirta Aguirre