…y el arte. El teatro, las palabras, el moverte por un espacio iluminado. Sentir el calor del público sin que este haga, ni diga nada.
... -Y ahora me cambio de camisa-, -y cojo mi atrezzo y lo despliego en el escenario-. Me toco la cara, doy dos pasos, y regreso a mi compañero, y este se sienta a mi lado, y me dice, -que no diga nada-, -que ya lo sabe todo, que el público ya lo sabe-. Todo se sobre entiende. las caricias, se traducen en bofetadas, un “si,” en un "ya no nos veremos más. Las estrellas son micro bombillas repartidas por la pantalla. Todo parece real, la mentira parece real, y el acierto, -certero-, pero dicha verdad es un embuste, una mentira consensuada, una farsa pactada, y firmada en el mismo momento en el que el espectador se sienta en su butaca. Y en el fondo, todo esto, sólo sirve para olvidarse de uno mismo. para trascenderse, para ir más allá de lo que soy, -en definitiva, -para olvidarte, para olvidarme-. Cuanto más me olvido de mi, mas me recuerdo, mas libre soy, más vuelo. más vivo, y mejor estoy....