Revista Viajes
En el anterior post os mostré Begur, uno de mis lugares favoritos de la Costa Brava, pues muy cerquita existe otra joyita gerundense: Tamariu, otro pequeño pueblecito del Baix Empordà perteneciente al municipio de Palafrugell.
Llegamos a Tamariu y aparcamos en el centro del pueblo, a escasos metros de la playa (en temporada alta esto es casi imposible) y nos encontramos un pequeño pueblo con una bonita playa de arena dorada rodeada de rocas y zonas boscosas y calas escondidas como la Cala dels Lliris situada en el sur. A su vez, un corto paseo marítimo con unos bancos que invitan a sentarte y dejar pasar el tiempo mirando el mar.
Paseamos por el paseo hasta llegar a su final y nos encontramos una zona de roca casi escondida, con un mirador en el que merece la pena entretenerse un buen rato con las vistas que se obtienen del pueblo, del mar y de la Cala d'Aigua Dolça.
Estuvimos un buen rato disfrutando del pueblo, tomando algo en una de las terrazas hasta que volvimos al coche para poner rumbo a la Cala Aigua Xelida al norte de Tamariu. Dejamos el coche y tomamos un corto camino entre pinos que nos llevaría a disfrutar de la cala en completa soledad que es como mejor se pueden disfrutar lugares como éste. Encontramos tranquilidad y belleza entre rocas, calas, caminos y pinos.
Últimamente no hago más que ver fotos de viajeros disfrutando de playas tailandesas espectaculares pero que se quejan de que la masificación del lugar les resta mucho encanto. El agua de estas calitas no tiene el azul turquesa de aquellas pero os permitirá disfrutar de un entorno salvaje casi en exclusiva, en soledad, algo difícil de encontrar en otros sitios paradisíacos. Así que mientras no pueda hacer un viaje a Tailandia para comprobar si es cierto lo que cuentan me contento disfrutando de estos momentos de la Costa Brava en los que la puedo disponer para mí sola y os aconsejo que lo experimentéis si podéis.
En Tamariu empieza un tramo del Camí de Ronda que une Tamariu con Calella de Palafrugell pasando por el Faro de San Sebastià y Llafranc. El recorrido completo es de 11km (que se recorren en unas 2h) de caminos al lado del mar y por zonas boscosas y acantilados que separan las dos poblaciones. Aunque no hace falta hacerlo entero ya que no es un camino circular. Se puede empezar la ruta en cualquiera de las poblaciones. Si váis con niños recomiendo empezarlo en Calella dirección a Llafranc ya que el camino está muy bien cuidado, es corto (unos 15 min.), es de muy fácil acceso y pasa por zonas urbanizadas. Recomiendo llevar un buen calzado y agua en verano y así si tenemos ganas de más podemos seguir hasta el Faro de San Sebastián. En el caso de que todavía haya más energía se puede intentar llegar a Tamariu en aproximadamente una hora más pasando por Cala Pedrosa (casi virgen ya que sólo se puede acceder a ella caminando o en barca) aunque algunas parte de este tramo pueden ser algo más complicadas ya que el terreno es algo más abrupto y tendremos que caminar por encima de las rocas en algunos casos.
En el próximo post, dentro de muy pocos días, os enseñaré los encantos de Calella de Palafrugell, Llafranc y el Faro de San Sebastián.