El puerto de Tarento se encuentra dentro del tacón de Italia y amenazaba las vías de suministro británicas a Grecia y Alejandría y la flota italiana allí estacionada debía ser neutralizada. Para ello se realizaría el primer ataque con aviones torpederos lanzados desde portaaviones.
La noche del 11 de noviembre de 1940 una flota formada por el portaaviones HMS Illustrius y su escolta de dos cruceros pesados y dos ligeros y cuatro destructores se situó a unos 270 km de Tarento, frente a las costas de la isla griega de Cefalonia. Desde allí se envión un hidroavión para comprobar si la flota italiana efectivamente se encontraba en puerto. El vuelo del avión británico alertó a los defensores italianos, pero como no disponían de radar, solo podían esperar a los acontecimientos.
Antes de las nueve de la noche una primera oleada de biplanos Fairey Swordfish despegaron del HMS Illustrius cargados, unos con bombas y otros con torpedos. Una hora después partió una segunda oleada similar.
La primera oleada llegó dos minutos antes de las 23 horas y se dividió en dos grupos de ataque. Uno atacó a los navíos más importantes que se encontraban en el Mare Grande (puerto exterior) y el otro atacó el Mare Piccolo (puerto interior). La segunda oleada llegó casi una hora después para rematar la misión de la primera.
Durante las dos oleadas, el nuevo navío de guerra Littorio fue alcanzado por tres torpedos y resultó hundido. Los buques Conte di Cavour y Duilio se hundieron por sendos torpedos. También dos destructores y un crucero situados en el puerto interior fueron alcanzados y destruidos por la bombas. Entre la fuerza atacante sufrieron dos derribos y dos pilotos fueron hechos prisioneros. Otros dos murieron. El ataque demostró que era el momento para los portaaviones en la batalla naval moderna.
El ataque tuvo un gran éxito en un momento tan importante para la defensa de Grecia, pero sin pretenderlo facilitó a los japoneses valiosa información para el ataque a la base norteamericana de Pearl Harbor, pues creían que era prácticamente imposible un ataque aéreo con torpedos en aguas con tan poca profundidad. Para ello una delegación japonesa se trasladó rápidamente a Tarento.
Para saber más:
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