Cuando se trata de cumpleaños, a mi se me acumulan miles de ideas en la cabeza. Y si además, hablamos del día de la niña de la casa, con más razón, porque ella colabora casi desde un año antes aportando planes locos.
Este año decidimos que lo mejor era hacer una guerra de cupcakes. A todas les encantó la idea y se fueron encantadas con la experiencia. A fin de cuentas, busco algo que las entretenga y les haga recordar un cumpleaños distinto.
El cumple empezó a las seis de la tarde y nos dieron casi las doce. Además de tener a 10 locas -todas ellas patinadoras- luchando por presentar el mejor cupcake, todo el salón de mi casa estaba lleno de sprinkles, fondant, mangas pasteleras, libros, revistas y sobre todo, muchas risas. No hay nada que me guste más que verlas reír.
La idea inicial era hacer las magdalenas con ellas, pero tendríamos que esperar a que se enfriaran para decorarlas y sería tedioso y aburrido. Así que horneé por ahí de 2 docenas y media de vainilla y de chocolate y les preparé un par de mangas pasteleras de buttercream de queso y vainilla.
Hicimos 3 grupos, 2 de 3 niñas y 1 de 4 con las más peques y a cada cual les dí un tema: animales, verano y primavera. Se armaron de valor, miraron no sé cuántas revistas y decoraron en grupo unos 6 cupcakes que presentaron al terminar y explicaron. El favorito de cada una se lo llevaron a casa en una caja individual para cupcakes. También hubo grupo ganador. Mandé las fotos via whatsapp a las mamis del cumple y cada cual votó sin saber a qué grupo pertenecía su hija. Finalmente ganó el grupo de las pequeñas, el tema de la primavera, que, desde luego, mostraron un dominio en esto de la decoración de cupcakes que apunta maneras.
La invitación de este año la cree en powerpoint y llegó via whatsapp, una cosa sencilla con mucho color y con la intriga de qué es una guerra de cupcakes.
Para el pastel, hice un cupcake gigante. Te explico cómo puedes hacerlo por si en alguna ocasión tienes que tirar de él.
Para el bizcocho de chocolate (dependerá del tamaño de tus moldes y de lo grande que quieras el cupcake gigante)
Ingredientes
- 6 huevos
- 300 g. de azúcar
- 2 yogures griegos
- 120 g. de aceite de girasol
- 520 g. de harina
- 80 g. de cacao puro en polvo
- 2 sobres de levadura
Necesitas dos moldes, uno redondo pequeño y alto para la base, pueden ser dos pequeños apilados y otro semicircular (a menos que lo hagas con el mismo molde y le de forma una vez horneado).
Mezcla los ingredientes secos y tamiza. Aparte, bate los huevos con el azúcar hasta que estén muy aireados. Añade el aceite y el yogur. Cuando estén todos los ingredientes bien integrados, ve añadiendo los secos poco a poco hasta conseguir una masa homogenea y sin grumos.
Divide la masa en dos partes. Con cuidado, calcula para que no ocupe más de la mitad del molde para evitar que se salga cuando suban en el horneado.
Precalienta el horno sólo por abajo a 180º unos 10 minutos. Hornea unos 20-25´ a 170º hasta que un palillo salga seco. Hornea cada molde por separado pues son diferentes tamaños.
La noche antes prepara ganache de chocolate negro, para usarlo entre las capas de bizcocho y sobre todo para cubrir todo el pastel y que le de la forma global de lo que será el tarta finalmente.
Una vez ganacheada las dos partes, tienes que hacer un rulo de fondant grueso y colocarlo sobre lo que representaría la parte del buttercream. Las fotos son de móvil, pero espero que te sirvan visualmente para captar cómo llevarlo a cabo.
Sobre esto extiende fondant blanco o del color que quieras simular el pastel y con cuidado déjalo caer sobre la copa y dándole forma con el calor de las manos para que se pegue al rulo del fondant que ahora queda debajo.
Luego estira fondant del color que quieras simular el papel donde reposa la magdalena. Puedes hacer unas hendiduras con un palillo chino redondo.
Para los detalles, usa confetti comestible, purpurina, una vela, unas piruletas de fondant, un poco a tu gusto.
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