Tarta de café y galletas.

“Si tienes alguna receta dulce que probar acuérdate de tu enferma hermana”…este fue el mensaje  que recibí y mi respuesta fue rápida, -NO, ¡Hoy no cocino nada! Pero enseguida me entraron los remordimientos, y pensé ¡La pobre, lleva mala un montón de tiempo… y el siguiente pensamiento…-¡Voy a ver que soy capaz de hacer sin mucho trabajo! Y me acordé de  la única tarta que mi madre sabía hacer y que a todos en casa nos encantaba, sobre todo a mi padre. La tarta de moka.En aquella época en mi casa no había batidora, así que si queríamos comer tarta me tocaba ayudar a mi madre a batir con unas varillas ,  que siendo niña me parecía una eternidad. Aclarar, que ella mezclaba directamente los huevos bien batidos con la mantequilla el azúcar y el café, (nada de meterse en estos líos que yo me meto de hacer almíbar) y quedaba igual de rica, lo único es que se notaba un poco los granitos de azúcar. Pero que si no tienes ganas de complicarte la vida con mi receta ya sabes que puedes hacerlo mucho mas sencillo añadiendo los huevos a la crema de mantequilla y azúcar y sale igual de buena.La decoración ha sido muy clásica. Pero es que una tarta tan antigua tiene que llevar por fuerza una decoración antigua, y lo mas clásico es la manga pastelera y los moñitos un poco “rococó”.Si la tarta es para adultos puedes añadirle coñac al café que usas para mojar las galletas, a mi padre era como mas le gustaba, pero para los niños el sabor es un poco fuerte. Y ahora manos a la obra, estás a punto de empezar una tarta muy sencilla, y rica.

Para la crema de mantequilla a la moka:

500 gr. (2 paquetes) de mantequilla 100 ml (2 tacitas) de café bien cargado250 gr de azúcar2 huevos enteros y dos yemas mas

Para formar la tarta:

2 paquetes  de galletas  lo mas sencillas posibles, nada de hojaldradas. En este caso alargadas1 taza grande de caféAvellanas picadas para adornar.

Mejor con una batidora.

Batimos la mantequilla hasta que cambien de color, mas blanquita y  cremosita.  Reservamos. Ponemos al fuego el café con el azúcar y lo hervimos para que se forme un almibar de café. Mientras ponemos los huevos y las yemas en la batidora con varillas, y batimos a temperatura alta hasta que se blanquean y  triplican su volumen llegando a formarse una pomada. Cuando el almíbar de café ya está listo lo vamos echando sobre los huevo en un chorro fino y sin dejar de batir, hasta que la mezcla se haya enfriado del calor del almíbar. Y cuando está fría del todo, no antes porque se estropearía, vamos añadiendo la mantequilla poco a poco sin dejar de batir. Formará una crema suave y delicada…peroooo, si se te corta no te preocupes…sigue batiendo, no desesperes, porque llegará un momento en el que por arte de magia adquirirá la textura perfecta.Ahora mientras recoges un poco y preparas la bandeja para ponerte a montarla métela en la nevera para que se endurezca un poco, Pero no mas de 10 a 20 minutos porque si no se te hará mas difícil de trabajar.

El grosor de la capa de crema, es según tu gusto.

Ya solo queda poner el café ya frío en un plato hondo e ir pasando las galletas una a una, para mojarlas en el café amarco. Solo meterlas y sacarlas, porque si no se desharán. En esta ocasión para variar un poco, opté por usar galletas rectangulares y una bandeja alargada, pero es solo cuestión de estética. Cuando hayamos puesto la primera capa de galletas humedecidas en café ponemos una capa de crema de café y así sucesivamente, tantas capas como podamos con la crema que tenemos. Al final solo es cubrir y decorar como mas nos guste.Yo opté por la mas clásica de todas, espolvorear con avellanas picadas y hacerle unos moñítos con la manga pastelera y unos adornitos de chocolate de los que se compran en el super ya hechos, que en este caso eran del Sr. Oetker.Meter en la nevera y en una hora ya la puedes comer, pero recuerda que mañana estará  mucho mas rica que hoy, son de las tartas que mejoran con las horas.