Tras darle unas cuantas vueltas, nos decidimos por un bizcocho de chocolate de varios pisos y con buttercream de Nesquik de fresa... vamos, que quita las penas, jajaja
Escogimos el Devil's Food Cake, una receta típica del sur de Estados Unidos. Es un bizcocho muy jugoso, con un sabor delicioso y una textura espectacular, ideal para los amantes del chocolate. Y para hacerlo necesitamos:
- 280 gr de harina
- 1 cucharadita de sal
- 220 gr de azúcar moreno
- 100 gr de azúcar
- 4 huevos grandes XL
- 200 gr de chocolate para fundir
- 1 cucharadita de vainilla azucarada
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 2 cucharaditas de levadura en polvo
- 250 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 250 ml de buttermilk (es el suero de la leche, que se obtiene echando en 250 ml de leche una cucharada de zumo de limón. Se remueve y se dejar reposar unos 10 minutos)
Cogemos un molde redondo (o dos) y forramos la base y los laterales con papel de horno. Un truco: si dejas el papel de horno más alto que el molde, evitarás que el bizcocho desborde. Finalmente, introducimos el bizcocho en el horno unos 30-40 minutos.
Dejamos enfriar un poco y desmoldamos. Una vez frío el bizcocho cortamos 4 discos del mismo grosor, los envolvemos individualmente en film, y los metemos en la nevera hasta el día siguiente para que asiente. Al día siguiente sacamos los bizcochos de la nevera y los empapamos en almíbar (nosotras usamos un biberón, que facilita bastante la tarea), insistiendo bien en los bordes, y reservamos.
Entre tanto, preparamos la buttercream de Nesquik de fresa:
- 250 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 500 gr de azúcar glas
- 8 cucharadas de Nesquik de fresa disueltas en 3 cucharadas de leche
Mezclamos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar glas hasta conseguir una crema homogénea, añadimos el Nesquik disuelto en la leche y seguimos batiendo bien. Si el rosa es poco intenso, se pueden agregar unas gotas de colorante.
Para montar la tarta empezamos con un poco de buttercream en el plato para evitar que la tarta se mueva, y vamos alternando los discos de bizcocho con capas de buttercream. No pasa nada si sale buttercream por los bordes, porque después la decoraremos. Con la buttercream que sobra rellenamos las imperfecciones y cubrimos todo el exterior con una capa fina para que no queden migas sueltas que nos puedan estropear la presentación final. Metemos la tarta un rato en la nevera para que coja consistencia.
Mientras tanto, prepararemos buttercream de 3 colores, que utilizaremos para la decoración final. Echaremos una buena capa de cada color, que luego iremos retirando con una plantilla. Un toquecito aquí y otro allá, unos sprinkles y... listos!!
Al corte queda genial. Y ese trocito que sacamos para hacer la foto... bueno... ya no está... ji ji ji...