Pero es que, pese a que mayo lo tenemos llenito de cumpleaños (no hay semana en la que no haya alguno que celebrar) acabamos celebrándolos fuera de casa o nos pillan lejos... Y lo de enviar la tarta por correo no me convence mucho :P jajajaja. Además, con lo despistada que soy, seguro que siempre llegaría tarde...
En fin, ya sé que podría preparar los dulces y tartas para nosotros dos y que haríamos la mar de felices a nuestros michelines, pero prefiero alimentarlos con otras cosas (que ideas no me faltan) y meter la menor cantidad de azúcar a mi cuerpo, que luego me hago análisis y me pega algún que otro susto...
Así que, cuando el fin de semana pasado mi suegra nos invitó a comer en su casa para celebrar su cumpleaños, no lo dudé ni un segundo y le dije que de nuevo iban a ser mis conejillos de indias por que ¡el postre lo llevaba yo! (pobres, que paciencia tienen jeje).
Hablando con el cocinillas me dijo que le apetecía que el pastel llevara alguna fruta, así que con esa idea me fui directa a uno de mis libros favoritos de tartas, "The Clandestine Cake Club - Cookbook", y elegí la que os traigo hoy por que me pareció original y tenía ganas de probar una masa diferente (por eso tampoco tiene muchas fotos, ¡no me dio tiempo!).
El resultado fue una tarta con un sabor muy rico, pero un poco seca por que el bizcocho es del estilo de los scones ingleses. Bueno, mejor dicho, no debería decir del estilo por que realmente es un scone enorme jajaja. Y un poco soso, todo hay que decirlo...
Aún así me gustó la idea y el resultado, además de que es una tarta muy rápida de preparar. Pero me pega más para disfrutarla durante una merienda con un rico té o café que para comerla de postre y celebrando un cumple, por que se hace un poco densa. Se me está ocurriendo que en versión individual tiene que ser una delicia... ¿Os animáis? ;)
Ingredientes para bizcocho (para un molde de 20 cm.)
- 280 gr. de harina
- 50 gr. de azúcar glass + un poco más para decorar
- 1 cucharada pequeña de levadura
- 85 gr. de mantequilla fría
- 1 huevo
- 100 ml. de leche
- Extracto de vainilla
- 400 gr. de fresas (aprox.)
- 400 ml. de nata
- 1 sobre de espesante
- 3 cucharadas soperas de azúcar glass
- Extracto de vainilla
Pon a precalentar el horno a 200ºC, calor arriba y abajo. Engrasa el molde con un poco de mantequilla o aceite y harina y reserva.
Tamiza la harina, la levadura y el azúcar glass y mézclalo. Añade la mantequilla a dados y mezcla los ingredientes con los dedos, hasta conseguir una textura parecida a las migas de pan.
Añade el huevo, la leche y el extracto de vainilla (al gusto) y mezcla todo a mano o con la ayuda de una batidora hasta conseguir una masa elástica y algo pegajosa.
Ponla en el molde y estírala bien con los dedos o una cuchara para que se pegue bien a las paredes del molde (procura que te quede algo más lisa que a mi jajaja).
Mételo en el horno unos 20 - 25 minutos o hasta que pinches el centro de la masa con un palillo y éste salga limpio. Coloca el molde sobre una rejilla, espolvorea azúcar glass por encima y deja que se temple. En cuanto puedas, desmóldalo y deja que el bizcocho se enfríe por completo sobre la rejilla.
Mientras se hornea el bizcocho, podemos comenzar a preparar el relleno.
Limpia las fresas y córtalas en trozos más o menos grandes, según te guste. Ponlas en un bol, añade una cucharada sopera de azúcar glass y remueve para que se reparta bien. Mételas en el frigorífico para que se maceren hasta que el bizcocho esté frío.
Con la ayuda de una batidora vamos a preparar la crema chantilly. Monta la nata con unas gotas de extracto de vainilla y el azúcar glass a tu gusto (yo le añadí un par de cucharadas soperas). Puedes añadir el espesante para que aguante un poco más. Reserva en el frigorífico hasta que vayas a rellenar la tarta.
Con la ayuda de un cuchillo de sierra, corta por la mitad el bizcocho. Cubre el bizcocho inferior con las fresas que tenías macerando en la nevera, incluido el zumo que puedan tener. Así ya tiene una pinta espectacular ¿verdad?
Ya solo queda añadir por encima la nata montada cubriendo todas las fresas y, por último, la parte superior del bizcocho. Si quieres puedes añadir un poco más de azúcar glass por encima.