Tarta de Oreo

Ánimo a todas aquellas personas que se están examinando de la Selectividad y en especial mención a aquellos que les coincide su cumpleaños. Así que felicidades Lucrecia y suerte en los exámenes.
Es una tarta que encanta a pequeños y mayores. Las oreo son muy conocida y su sabor gustan a mucha gente así que preparando esta tarta seguro que conquistáis los paladares de vuestros invitados.

A la vista es muy llamativa al parecerse mucho a una galleta Oreo gigante. El relleno de queso combina a la perfección con la base de galletas, además que es muy fácil de preparar.
Un consejo que os doy es que la preparéis de un día para otro. Esta muchísimo más buena y la textura del queso es más suave en boca. Cuando el relleno este cuajado ya podéis espolvorear el resto de las oreo para crear la capa de galleta arriba y así tapar imperfecciones si hemos metido el dedo para comprobar si estaba cuajado o no. Y una vez decorada con el resto de las galletas oreo ya podemos guardarla en la nevera hasta consumirla.

Tarta de Oreo
Preparación: 15 minutos
Cocción: 10 minutos
Refrigeración: mínimo 6 horas, aunque mejor si es de un día para otro.
Ingredientes
34 galletas Oreo, sin el relleno
90 gramos de mantequilla pomada
870 gramos de queso crema, tipo Phidadelphia
130 gramos de azúcar (80 gramos para el queso crema y 50 gramos para la nata)
100 ml de leche
8 hojas de gelatina
500 gramos de nata, mejor si está bien fría
Una pizca de sal
Unas gotas de limón
Elaboración
Picamos las galletas y guardamos una parte para decorar la tarta. El resto las mezclamos con la mano con la mantequilla, que debe estar blanda, hasta integrarla por completo con la galleta picada. Cubrimos la base del molde con papel de horno y vertemos la mezcla sobre este. Con una cuchara o con la mano vamos expandiendo la base de galletas por toda la base del molde. Nos debe quedar una capa uniforme y bien prensada. Metemos el molde en la nevera mientras preparamos el relleno.

Para el relleno vertemos el queso crema, la nata y 80 gramos de azúcar en una olla a fuego medio. Vamos removiendo para que se funda el queso y quede una mezcla homogénea. Mientras hidratamos las hojas de gelatina en un bol con agua muy fría. Una vez hidratadas las escurrimos y añadimos a la mezcla del queso para que se fundan. Esperamos a que rompa a hervir sin dejar de remover y retiramos la olla del fuego. Seguimos mezclando para que se atempere la mezcla.

Semimontamos la nata con los 50 gramos de azúcar restantes con ayuda de unas varillas eléctricas. Si la montamos del todo corremos el riesgo de que se nos corte la mezcla al añadir el queso, por eso mejor solo semimontarla.

Una vez la mezcla del queso este templada la vamos añadiendo poco a poco a la nata semimontada y mezclamos con movimientos envolventes y suaves. Solo mezclamos hasta que quede una mezcla uniforme, si mezclamos demasiado puede que se corte la mezcla. Así que cuidado.

Sacamos el molde de la nevera y vertemos la mezcla en este hasta llenarlo casi por completo. Lo metemos en la nevera un mínimo de 6 horas, pero esta muchísimo más buena si es de un día para otro.

A la hora de presentar la tarta espolvoreamos con ayuda de un colador fino el resto de galletas picadas, como si de azúcar glas se tratase.
¡Un saludo!
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