Revista Cocina
Esta tarta de queso horneada seguro va a ser del agrado de los golosos e incluso de los que no lo son tanto. ¿A quién no le gusta el sabor del dulce de leche? Es calórica, sí, pero no hay ningún problema si probamos un trocito pequeño con la salsa de yogur que, además, nos va a recordar a los caramelos de toffee que comprábamos de toda la vida.
No me cansaré de repetir que el "tema dulce" no es mi fuerte, así que si os la recomiendo es porque quienes la probaron repitieron y a mí me encantó. Eso sí, como siempre está el tema de los tiempos de horno... sólo debemos estar pendientes, hay que pincharlo cuando quede poco tiempo para comprobar con una aguja si está hecho... no tiene más misterio. Luego, una vez frío, desmoldarlo, cortamos un trocito y a disfrutar.
Ingredientes:
Molde desmontable: 18/20 cm
Para la crema de queso:
- 500 gr de queso en crema
- 4 huevos
- 200 gr. de dulce de leche
-3 yogures griegos
- 200 gr. de azúcar
- 4 cucharadas de maicena
Para la base:
- Galletas María
- 3 ó 4 cucharadas de mantequilla
- 75 gr. de azúcar moreno
Para la salsa de yogur:
- 1 yogur griego
- 4 cucharadas de dulce de leche
Elaboración:
Para la base de galletas, derretimos la mantequilla en el microondas unos segundos y la mezclamos con las galletas trituradas. Añadimos el azúcar moreno. Repartimos la mezcla en la base del molde que vamos a utilizar y aplastamos bien para que quede bien compacta.
Hacemos la crema mezclando los huevos con el azúcar. Cuando estén bien batidos añadimos la maicena. Agregamos los yogures y volvemos a mezclar muy bien. A continuación incorporamos el dulce de leche a la crema de queso, sin remover demasiado para que queden mezclados de manera irregular.
Vertemos en el molde y horneamos unos 30 minutos a 200 grados.
Preparamos la salsa de yogur mezclando bien los ingredientes y la servimos sobre la tarta.