A finales de agosto un familiar de mi suegro le llevó una caja de arándanos y varias cajas de fresas (buenísimas por cierto) y claro con tanta fruta algo teníamos que hacer, las fresas volaron pero con los arándanos me pareció mucho mejor hacer varios postres y este es uno de ellos, un clásica tarta de queso sin horno. Queda cremosa, muy suave y la salsita un lujo.
Ingredientes: 12 raciones250 gr de galletas maría100 gr de mantequilla500 gr de queso tipo philadelphia500 gr de nata para montar2 cucharadas de edulcorante8 láminas de gelatina
salsa de arándanos:200 gr de arándanos80 gr de azúcar80 ml de agua
En una batidora o robot trituramos las galletas, tienen que quedar muy finas, pasar a un bol y mezclar con la mantequilla fría hasta formar una pasta.
Lo primero es forrar el molde con papel de horno tanto la base como las paredes.Poner la masa de galletas en el molde desmontable, extender bien por todos los lados. Meter al frigo para reposar.
La crema de queso: poner las láminas de gelatina en agua 5 minutos para hidratar. Montar la nata con unas varillas eléctricas, añadir el queso, seguir batiendo. Ahora añadir el edulcorante y las láminas de gelatina ya escurridas y metidas en el microondas unos segundos para poder mezclar con la nata. Batir todo con las varillas, sacar el molde del frigo y verter la crema sobre la masa de galletas, igualar y meter de nuevo al frigo para que cuaje, mínimo 6 horas.
La salsa: para hacerla poner todos los ingredientes en un cazo y dejar cocer hasta que reduzca a la mitad, dejar enfriar y echar por encima justo en el momento de servir. Yo lo hice ya con los trozos cortados queda mucho más bonita la presentación.
Esta es una tarta clásica y muy pero que muy rica. Se hace en un momento y además el toque de los arándanos es brutal. Por cierto estos arándanos eran muy dulces por eso le añadí poco azúcar pero no todos son tan dulces, estaban buenísimos.
Espero que te haya gustado. Una tarta con toque rústico, es lo que tiene estar en el pueblo. Besines y feliz fin de semana.