Me encantan los días luminosos y soleados, las flores y los colores alegres, como los de esta tarta de cumpleaños que preparé ya hace unas semanas.
Esta es una tarta de esas de las de toda la vida, de las clásicas que nunca faltaban en la mesa para celebrar algún cumpleaños y es que esta es una tarta deliciosa, de esas de las que no te conformas con un solo trozo.
El origen exacto del milhojas es desconocido. Tradicionalmente un milhojas se compone de tres capas de hojaldre y dos capas de crema pastelera. La capa superior se suele decorar con azúcar en polvo. En la actualidad es habitual sustituir la crema pastelera de relleno por nata montada, trufa o mermelada.
Pero a mi me siguen gustando los milhojas rellenos de crema (que no de merengue), que cuando los cortas se rompen en mil crujientes hojas (nunca mejor dicho). Esta es la gracia del hojaldre que compone el milhojas, que cuántas más capas tenga mejor está.
Ingredientes
- 2 planchas de hojaldre congelado
- 400 ml. de leche + 100 ml. de leche (para la mezcla)
- 500 ml. de nata
- 225 gr. de azúcar
- 3 yemas de huevo
- 100 gr. de Maizena
- 1 vaina de vainilla
- Frambuesas frescas (para adornar)
- Azúcar glacé (para adornar)
Precalentamos el horno a 200º C.
Estiramos el hojaldre un poco con ayuda de un rodillo.
Colocamos el hojaldre en una bandeja de horno con un papel vegetal. Lo pinchamos y lo cubrimos con otro papel vegetal y colocamos una bandeja encima (esto es para evitar que suba).
Horneamos 15 minutos más o menos, hasta que esté dorado y hacemos lo mismo con la otra plancha de hojaldre. Reservamos.
Mientras se enfría vamos a preparar la crema pastelera.
En un bol mezclamos las yemas, el azúcar, la Maizena y el resto de la leche hasta que la mezcla no tenga grumos.
En un cazo ponemos a hervir la leche y la nata con el extracto de vainilla. Cuando empiece a hervir retiramos del fuego, añadimos la mezcla anterior y ponemos a fuego medio y sin dejar de revolver, esperamos a que espese, sin que llegue a hervir.
Volcamos la crema en una fuente para que se enfríe por completo y la tapamos con un papel film que esté en contacto con ella para que no se forme esa especie de "nata" que se forma al enfriarse.
Cortamos cada plancha de hojaldre por la mitad con un cuchillo de sierra y con cuidado para que no se nos rompa.
Para montar la tarta colocamos una plancha de hojaldre, una generosa capa de crema pastelera, una lámina de hojaldre, otra capa abundante de crema pastelera, otra lámina de hojaldre, más crema pastelera y por último otra plancha de hojaldre. Sobre esta última extenderemos un poquito de crema para que al colocar las frambuesas, éstas no se muevan.
Por último colocamos las frambuesas y espolvoreamos con azúcar glacé.
Digamos que esta es la versión fácil, ya que el hojaldre es comprado y no tenemos que prepararlo en casa, que no es que sea difícil pero si que lleva su tiempo. Además en este caso no queremos que el hojaldre "suba" y se abra en muchas capas al hornearlo.
Y ya sólo queda preparar una buena taza de café o un gran vaso de leche o quizás una copita de champán o cava, junto con un trocito de esta fantástica y sencilla tarta, para brindar por la cumpleañera.
Espero que hayáis disfrutado tanto como nosotros con esta tarta. Os animo a prepararla porque como os digo además de sencilla está para rechupetearse los dedos.