Revista Cocina
Y vosotros, ¿podéis decidiros?
200 grs de moras frescas
Ralladura de 2 limas
2 cucharadas de maizena
Además
6 moldes de horno para tartaleta de base desmoldable de 9 cms de diámetro
Papel vegetal
Pesos para hornear (legumbres o similar)
Azúcar glas para servir
Preparación Comenzamos preparando las bases de las tartaletas y, para ello, pre-calentamos el horno a 190 ºC (arriba y abajo, horno tradicional). Enmatequillamos los moldes y reservamos. Si optamos por una masa quebrada casera, la dividimos en 6 partes iguales y las extendemos en forma de círculos con ayuda de un rodillo sobre una superficie enharinada. Enharinamos también el rodillo para que no se nos pegue a la masa. Si preferimos usar masa quebrada preparada, desenrollamos la lámina de masa y cortamos círculos de un tamaño ligeramente superior al del diámetro de los moldes (el sobrante cubrirá los laterales). Extendemos los círculos de masa sobre las bases y laterales de los moldes y retiramos los sobrantes. Pinchamos la base de las tartaletas con un tenedor y cubrimos el interior con papel vegetal y, sobre este, colocamos algo de peso (yo uso unas legumbres que tengo reservadas en exclusiva para esta tarea). Colocamos los moldes sobre una bandeja de horno y las horneamos durante 10 minutos. Transcurrido este tiempo, sacamos las tartaletas del horno. Retiramos el peso y el papel vegetal y volvemos a hornear 5 minutos más, esta vez en blanco (sin nada por encima). Retiramos las bases de las tartaletas y dejamos templar antes de rellenar. Mientras tanto, preparamos el relleno. En un recipiente hondo, batimos el huevo, el queso crema y el yogur. Cuando hayamos obtenido una mezcla homogénea y sin batir en exceso, añadimos el azúcar y la esencia de vainilla. Removemos. Por último, incorporamos la ralladura de lima y la maizena. Repartimos la mezcla entre las tartaletas y cubrimos con las moras. Horneamos a 180 ºC durante 15-20 minutos o hasta que la superficie de las tartaletas comience a dorarse. Retiramos y dejamos enfriar durante una hora aproximadamente antes de desmoldar y servir espolvoreadas de azúcar glas. ¿Podréis esperar?