El otro día estuvimos en mi cocina haciendo bombones con Raquel, ya de paso te confirmo que el primer post suyo en el blog está programado para el viernes, y sobró chocolate.
Aunque habitualmente ese chocolate se reutiliza para más bombones, el otro día, no sabemos muy bien la razón entró en contacto con alguna gota de agua y ya sabéis que el agua y la humedad son enemigos del chocolate. Estoy segura de que muchas veces has visto chocolates grisaceos, con una capa blanquecina o gris por encima, eso es debido a una mala conservación en algún sitio con humedad. Pues bien, el chocolate que nos sobró tenía unas vetas blanquecinas, no muchas, pero si las suficientes para no volver a atemperarlo.
Peeeeero eso no quiere decir que lo fuéramos a desaprovechar, de eso nada, porque aún así es aprovechable para una ganache, u otros usos.
Yo en mi caso hice una trufa y después monte estos pastelitos. Para hacer la trufa hace falta preeverlo con anticipación, en mi caso de víspera, y no hay nada mas que verter la nata caliente sobre el chocolate y con movimientos desde el centro hacia afuera emulsionar bien el chocolate con la nata, filmarlo y dejarlo reposar en la nevera hasta que enfríe completamente y mucho. Luego al día siguiente se monta como si de nata se tratara.
Son muy fáciles de hacer, poco complicados y quedan espectaculares. Yo he usado la trufa por aprovechar el chocolate pero si no quieres hacerla puedes sustituirla por nata.
Como es temporada de cerezas y estas maridan genial con el chocolate pues pensé rellenar las tartaletas con cerezas crudas por dentro que le aportaran un poco de frescura al bocado.
Y por último pensé hacer una masa quebrada para hacer las tartaletas, pero al final como las hice rápido, a la hora de comer con cierta urgencia de terminar para comer pues decidí que iba a usar una lámina de hojaldre refrigerado que tenía en la nevera.
INGREDIENTES:
1 lámina de hojaldre (si tienes hojaldre casero mejor que mejor)
100 g de chocolate (en mi caso ni lo pesé puse lo que nos había sobrado y listo)
250 g de nata
3 cucharadas de azúcar
Cerezas bien maduras
MODO DE HACER
De víspera:
1. Calentar la nata hasta ebullición, pero ojo! que no debe de hervir porque se rompería la estructura de la nata y luego no te montaría.
2. Poner el chocolate en un bol y verter por encima la nata muy caliente. Con una varilla emulsionar con movimientos circulares empezando por el centro hasta que quede bien unidos todos los elementos.
3. Filmar el bol y reservar en la nevera.
Al día siguiente:
4. Estirar bien la lámina de hojaldre, cortar con un cortador círculos más grandes que las cavidades del molde de magdalenas que he utilizado para hacer las tartaletas. Pincharlas y forrar los moldes previamente engrasados. Si aprovechas bien el hojaldre te saldran unas 10-11 con la lámina.
5. Hornear durante unos 15 minutos a 200ºC o hasta que veas que el hojaldre ha tomado un color dorado.
6. Sacar a una rejilla y dejar enfriar.
7. Mientras tanto quita el hueso a un puñado de cerezas y córtalas en trocitos pequeños.
8. Por otro lado saca la trufa de la nevera y móntala con el azúcar como si se tratara de nata sola*.
9. Cuando esté montada la pones en una manga pastelera con una boquilla rizada.
10. Ahora llega el montaje, para ello las tartaletas tienen que estar frias, las rellenas generosamente con las cerezas y pones una capa de trufa por encima tal y como lo ves en las fotos, terminas con una cereza arriba.
*Como te he dicho más arriba puedes hacer estas tartaletas sólo con nata, sin hacer la trufa con anterioridad.
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