Autor: Paullina Simons
Editorial: Círculo de lectores
ISBN: 978-84-672-2864-9
Género: Histórico
Serie: 2º Trilogía Paullina Simons
Tatiana, embarazada y viuda a sus dieciocho años, huye de un Leningrado en ruinas para empezar una nueva vida en Estados Unidos. Pero los fantasmas del pasado no descansan: todavía cree que Alexander, su marido y comandante del Ejército Rojo, está vivo. Entre tanto, en la Unión Soviética Alexander se salva en el último momento de una ejecución.
Tatiana viajará hasta Europa como enfermera de la Cruz Roja y se enfrentará al horror de la guerra para encontrar al hombre de su vida... Dolor y esperanza, amistad y traición se mezclan en esta conmovedora novela protagonizada por dos personajes entrañables y llenos de coraje, capaces de desafiar por amor al destino más cruel.
A diferencia de mi inicio en la trilogía, con altas expectativas pero cauta, la lectura de la segunda entrega ha sido una especie de reto. Por un lado, estaba deseando dar respuesta a las incógnitas que "El jinete de bronce" no había desvelado pero, por otra parte, no sabía que nos tenía preparado Paullina Simons y me daba miedo encontrar algo que no me gustara. Además, superar el listón del primer libro era muy difícil.
La historia continua en "Tatiana y Alexander", cuyo punto de partida retoma el final abierto - y un poco traicionero - que nos dejaba con la miel en los labios, por no decir en estado de shock. Mezclando el presente con el pasado, nos volvemos a sumergir en la fuerza de los sentimientos de los protagonistas. Tatiana, viuda, debe sacar fuerzas para salir adelante sin Alexander, pero no acaba de creerse que él esté muerto.
En esta ocasión tenemos la oportunidad de conocer mejor a Alexander, pues como decía, intercala fragmentos del pasado de su vida para saber qué fue del niño que abandonó su país junto a sus padres para instalarse en la Unión Soviética y, cómo se convirtió en el hombre del que se enamoró Tatiana. Una vida dura y llena de lecciones.
La guerra continua y el sufrimiento también. Sigue siendo una novela agridulce y desgarradora, donde hay lugar para el dolor, demasiado, pero también para celebrar las pequeñas victorias. La lucha persiste, sin embargo, esta vez es una línia muy fina lo que separa las esperanzas de la resignación. El abandono de un sueño, de un amor.
Hacía tiempo que no me atrapaba tanto una historia, cada página es un mar de sensaciones. Sin duda, esta trilogía será una de mis lecturas del año. Es brillante.Una vez leída la segunda entrega, creo que quizás debería ser el punto final definitivo, no obstante, estoy deseando leer el tercero y volver a encontrarme con Tania y Shura. Pero una vez más, me encuentro ante las dudas... ¿Qué pasará?
Ni la distancia, ni el tiempo, ni la muerte puede borrar elrecuerdo de Lazarevo ni de Leningrado. Al inicio de esta segunda parte de latrilogia nos encontramos con Tatiana lejos de todo lo que ha conocido, sola yembarazada, convencida de haber perdido lo más valioso que jamás tuvo en suvida.
Frente a la soledad de Tatiana, Alexandr se enfrenta una vezmás a un destino que se obstina en alejarle de su sueño y de la mujer por quienha sacrificado sus sueños y su libertad.
Una vez más Paullina Simons nos lleva por el camino de ladesesperacion y la guerra, de la soledad y la nostalgia con una pareja que merobó el corazón en El jinete de bronce.
En Tatiana y Alexandr nos encontramos dos tramas, la deella, lejos, sola y enfrentandose a la maternidad, incapaz de mirar hacia elfuturo. Vive prisionera de sus recuerdos y de lo que dejó atrás. En Europa, unavez más Alexandr se ve arrastrado por los vientos de la guerra. Si bien, para migusto, por parte de Alexandr, la historia de esta segunda parte nos permiteconocer un poco mejor al joven oficial; en el caso de Tatiana, ella pierde brillolanguideciendo y esperando un imposible.
Entre esas dos tramas la autora ha intercalado el pasado deAlexandr, las circunstancias que le llevaron a la Union Sovietica, como llegó aser un oficial del Ejercito Rojo, de los sueños rotos de sus padres. Con esosretrocesos en el tiempo vamos conociendo un poco más al hombre a traves de losojos de un niño travieso, un adolescente desencantado que no tiene más remedioque encararse a una vida que no ha elegido.
Decir que me ha gustado es poco, pero también sería correctoreconocer que una vez más me he desesperado con el destino de Alexandr y conlos horrores de la guerra. Incluso me he enfadado con Paullina Simons por eldestino de uno de los personajes (no digo nada para las que no han leído latrilogia), pero me pareció rizar el rizo de la desgracia. Lo que me pareció unconsuelo fueron los recuerdos de Alexandr que se iban colando cuando estaba apunto de perder la cordura. Las escenas de una Tatiana joven, inocente ysiempre generosa eran un soplo de frescura, porque como sucede en El jinete deBronce, la autora hace una descripción desgarradora de la violencia en tiemposde guerra, que acaba deshumanizando al más santo. Y frente a esas atrocidades,el amor de Tatiana vence cualquier obstaculo, incluso en la distancia, salvandola cordura de un hombre resignado. Y la pregunta que me hacía según iba leyendoera si sería suficiente tanto amor porque la autora deja claro que no temellevar al límite a sus protagonistas.
Lo que me queda por decir es que estoy deseando empezar latercera novela y averiguar qué les depara el destino a la pareja porque Tatianay Alexandr me han atrapado en sus redes.