
Se me ocurre, hablando del famoso sensawunda de la ciencia ficción, que resulta llamativo a estas alturas de la película, cuando se cambian sin vergüenza clasificaciones y se inventan etiquetas nuevas, que aún no hayamos querido corregir el término por su más correcto significado: sensación de maravilla. He pecado mucho de ese error, y voy a intentar subsanarlo a partir de ahora. Ya es tarde para hacerlo en el texto que he escrito de esta novela, la cual invita a platicar, además, sobre las confusiones entre subgéneros vecinos. Y es que, al igual que tendemos a incluir el apocalíptico en el postapocalíptico, aunque hablen de momentos y hechos distintos, también se suele incurrir en el error de tratar como nave generacional el relato de viajes sin relevo de sus tripulantes. En esta obra se ve bien la diferencia, marcada por un efecto relativista que, cuando se da, siempre hace innecesario el reemplazo de padres a hijos.En fin, que recomiendo efusivamente la lectura de Tau Cero, de Poul Anderson, cuya reseña pueden encontrar, publicada hace bien poco, en este enlace a C, la web de crítica literaria. Feliz Navidad.
