El abrazo es una de las expresiones de afecto disponible en el repertorio que tenemos los seres humanos.
Es el gesto que más nos conecta físicamente con el otro (obviando las uniones sexuales) ya que , en el momento del abrazo, los cuerpos se unen. A veces, está proximidad corporal nos disturba ya que el contacto se convierte en algo demasiado íntimo que sólo nos vemos capaces de prodigar a los más cercanos. Es más, si está en Asia, omite esa expresión como sinónimo de saludo .
Según Wikipedia : El abrazo es una muestra de amor o saludo, realizados al rodear con los brazos (ya sea por encima del cuello o por debajo de las axilas) a la persona a la que es brindado dicho gesto, realizando una ligera presión o constricción con estos al acabar y siendo este de duración variable. También cuando estás triste alguien te abraza para consolarte o a veces para animarte. Generalmente, el abrazo indica afecto hacia la persona que lo recibe, aunque según qué contextos, puede tener un significado más parecido a la condolencia o consuelo.
Ha habido quien ha intentado universalizarlo y promoverlo gratuitamente. En 2004, se inició un movimiento llamado “Abrazos Gratis” que propone regalar abrazos a desconocidos para transmitirles cariño, amor , afecto… y de todos es sabido lo importante que es que un niño /bebé reciba abrazos y contacto físico de sus padres para sentirse querido y protegido.
Por muy bonita que sea la cosa, yo no soy muy “abrazadora”. Yo sólo me abrazo con unos pocos. Me someten a diferentes variantes de abrazo como por ejemplo el del de oso ( envolvente) o el de Boa Constrictor ( asfixiante) pero siempren expresan alegría, afecto o consuelo. Me he sentido a salvo, rodeada por unos brazos y emocionada , cuando estos hablan de despedida y , por supuesto, querida, cuando eran muestra de amor pero hoy… Hoy he recibido mi primer abrazo telefónico.
Ya al acabar la conversación e iniciar las fórmulas de despedida, me han preguntado.-¿Lo notas? y yo, claro, he respondido : ¿El qué?. Y la voz de un ser querido me ha dicho : – Igual es demasiado fuerte y te estoy haciendo daño. Ya no entendía nada y no sabía a qué se estaba refiriendo.- Es de lo fuerte que estoy abrazando. ¿Lo notas?.
Y lo he notado. Fuerte, de verdad. En toda su dimensión…
Y me ha parecido precioso y digno de ser compartido así que, si alguién no lo conocía, aquí tenéis la fórmula del abrazo telefónico y aunque nada pueda compararse al original, tiene la magia necesaria para que el que lo recibe, perciba que lo envuelve el afecto. Literalmente.
¿Lo notáis?