El swing es un tipo de música, pero también es un tipo de baile. Sus inicios los encontramos en el sur de los Estados Unidos a principios del siglo XX: allí era frecuente escuchar música swing y el cuerpo invitaba a moverse sin remedio. Al poco, la mayoría de afroamericanos expandieron este tipo de baile en las principales ciudades del país: Nueva York, Chicago o la famosa Nueva Orleans, conocida sobre todo por el jazz. Es el primer baile que sale exclusivamente de los Estados Unidos, y hoy en día uno de los descendientes más directos es lo que se conoce como Lindy Hop.
Razones por las que bailar swing
La música swing
Este tipo de música es una fusión evolutiva que mezcla jazz, ragtime y música clásica. Sus instrumentos musicales más comunes son el clarinete, el saxofón, la trompeta, el piano, etc. y se podría decir que su gran época dorada fue durante el periodo que va desde 1930 hasta 1950.
¿Quieres aprender a bailar swing?
Pues apunta algunos de los consejos que marcan desde el portal eHow:
1. En primer lugar, piensa en dónde quieres hacerlo. Si eres atrevido y confiado en ti mismo puedes buscar videotutoriales en Internet: esto te permite marcarte tus propios horarios y tus propias sesiones, repitiendo tantas veces como quieras y sin tener que dar explicaciones a nadie. Ahora bien, si prefieres estar un poco más guiado y compartir tu afición con otras personas en espacios preparados para ello, entonces lo que puedes hacer es buscar una academia de baile en donde se den clases de swing. Luego ya será cuestión de comprobar si se dan clases para principiantes (o del nivel en el cual estés) y si te va bien por el tema horario.
2. Comprueba cuáles son los requisitos indumentarios para este tipo de baile. En el caso del swing, lo que se recomienda es que el calzado sea de suela blanda porque te irá mejor para moverte (si no tienes en casa busca lo que más se le parezca: antes de saber si seguirás las clases o si te va a gustar no compres nada). Por la ropa tampoco te debes preocupar mucho: la ropa que se lleva es cómoda pero no del todo informal: pantalones de corte para ellos y vestidos o faldas para ellas, ya que la gracia está en el movimiento al dar giros, muy habitual en el swing.
3. Busca una pareja de baile. Si tienes pareja y puedes convencerle/a de que se venga a bailar contigo será genial, ya que podrías compartir una pasión que os haría pasar buenos ratos. Pero si bien la pareja no puede o no se tiene, no es un tema que os deba preocupar: en las academias se apunta también gente sola, por lo que debes hablar con el profesor para mostrarle tu situación y que te pueda buscar una pareja. Si no se tiene mucha experiencia es mejor al principio buscar un poco alguien que sepa un poco más, así aprenderás más rápido.
4. No te rindas fácilmente: bailar swing no es difícil, pero no se hace Roma en dos días. Hay muchos niveles y muchos estilos, ya que según los orígenes se ha evolucionado hacia una tipología u otra. Lo normal es ir avanzando poco a poco e ir introduciendo pasos o estilos nuevos cada cierto tiempo. Lo mejor que puedes hacer es ir a tu ritmo y no querer forzar la situación: si te gusta, lo demás ya irá viniendo solo. Lo más importante en todo caso es disfrutar!
5. Déjate llevar por la música: siguiendo en la línea del punto anterior, el ritmo debes marcarlo tú mismo. Algunos consejos que podemos daros para mejorar son:
a. En primer lugar, escucha música swing en casa: si vas escuchando a menudo notarás que, sin darte apenas cuenta, tu cuerpo empieza a moverse solo.
b. Busca vídeos: tanto si estás aprendiendo solo como si lo haces a través de una academia de baile, te será de mucha ayuda ver videotutoriales en Internet (Youtube es ideal para estos casos).
c. Y por último, cuando ya lo tengas un poco por la mano, aprovecha las ofertas de ocio de tu ciudad y descubre nuevos locales en donde pongan música swing y permitan bailar. ¡Te lo pasarás genial!