En el primer volumen de Fast Good Management (@fastgoodmanagem) hay un capítulo de los veinticinco que es quizás, el que más me gusta. Es el Capítulo 3. Autenticidad. Lo que nunca falla es ser uno mismo. Y digo que quizás es el que más me gusta porque como he dicho muchas veces, en mi opinión, la autenticidad es el primer requisito para ser feliz. Es imposible ser feliz siendo otro.
En ese capítulo se dice: "La sociedad no está construida para que cada uno de nosotros cumplamos nuestros sueños. El primer mal es la educación -eterna asignatura pendiente- que nos uniformiza y nos mete a todos en el mismo saco (..). El objetivo es que no salgan piezas defectuosas; estandarizar el proceso de producción educativo; que nadie destaque por algo. Ralph Waldo Emerson (1803–1882) lo tenía claro: «En todas partes la sociedad conspira contra la hombría de sus miembros. La virtud más exigida es la conformidad»".
Mark Twain decía cierta vez: "Nunca he dejado que la escuela interfiera en mi educación"; Alexis Carrel apuntaba: "Es imposible educar niños al por mayor; la escuela no puede ser el sustitutivo de la educación individual". Renunciar a nuestra esencia, única e irrepetible, es renunciar a nuestra felicidad.
Hoy os dejo este vídeo descubierto gracias a @carloslpzc. Es de Jorge Bucay y se centra en nuestro "autorrechazo". Hay buenas noticias, lo que somos puede estar acallado, latente, pero nunca desaperece.