Revista Sociedad
Una partida de té en polvo importada a Hong Kong desde Japón dio positivo por cesio-137 radiactivo , probablemente la contaminación se deba a la central nuclear de Fukushima que ha estado en mal estado
durante aproximadamente cuatro años.
Los niveles que se detectaron en el té estaban por debajo de
los límites considerados seguros por el gobierno de Hong Kong, pero fue
suficiente para plantear inquietudes acerca de las importaciones de alimentos
procedentes de Japón. El importador también actuó rápidamente retirando el producto del mercado.
Según el New York Times, la comida proveniente de Japón en realidad, ha
dado positivo por radiación en varias ocasiones en los últimos años. La central nuclear devastada ha estado liberando agua
radiactiva en el Océano Pacífico todo estos años y a la aire también. A día de hoy todavía no hay un plan de limpieza concreto para hacer frente a la catástrofe.
Las autoridades en Japón admiten que 300 toneladas de agua radiactiva
de Fukushima está entrando en el Océano Pacífico cada 24 horas. De acuerdo
con un profesor de la Universidad de Tokio, 3 gigabecquerels de cesio-137 están
fluyendo en el puerto de Fukushima Daiichi diariamente .
A lo largo de todo este "proceso", TEPCO y el gobierno
japonés han minimizado el impacto medioambiental de la catástrofe de Fukushima. Un político fue lo suficientemente arrogante como para beber agua radiactiva , una actuación desesperada que se podría calificar de kamikaze para salvar la credibilidad del gobierno.
Todas las partes involucradas detrás de las escenas se han
mantenido en completo silencio, aunque la Comisión Independiente de
Investigación del Accidente Nuclear de Fukushima (NAIIC) ya ha llegado a la
conclusión de que el desastre nuclear de Fukushima fue "un
desastre profundamente artificial que podría y debería haber sido previsto y
evitado".
En contraste con los informes oficiales procedentes del
gobierno y de la empresa de energía, prueba tras prueba, ha demostrado que la
crisis ha tenido un impacto significativo en los alrededores. Según se
informó el año pasado, los peces capturados cerca de la
planta nuclear fuera de servicio tenía rastros de radiación que eran 124 veces
el nivel determinado como "seguro" por el gobierno.