Revista Cultura y Ocio

Te odio, pero bésame

Publicado el 04 mayo 2016 por Ojolector @elojolector
Te odio, pero bésame

Lucas y Candela se conocen desde niños. Según Candela, lo suyo fue odio a primera vista, pero da la casualidad de que India es la mejor amiga de ambos y están condenados a verse a menudo. Eso sí, cada vez que se juntan vuelan los cuchillos. Todo indica que las cosas seguirán así eternamente, hasta que Candela decide que ha llegado la hora de sentar la cabeza. A pesar de que odia los imprevistos y las sorpresas, está dispuesta a embarcarse en una expedición, nada menos que a Kamchatka, para asegurarse de que Víctor, su novio, es el hombre de su vida. Sin embargo, no ha contado con Lucas quien, al parecer, tiene mucho que decir en el asunto y no está dispuesto a que su pelirroja favorita se lance a semejante aventura con otro que no sea él. Pero hay cosas que son imposibles, al fin y al cabo, ellos se odian desde siempre... ¿o no?

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Pueden ser muchas las razones por las que sabes que un libro te va a gustar: que te ventiles buena parte del mismo en un abrir y cerrar de ojos, que no quieras parar de leer aunque al día siguiente tengas que madrugar, que te levantes un poco más temprano de la cuenta para darle un empujoncito... A ver, está más que claro que nada de todo ello podría salvarlo en caso de final desastroso (a estas alturas de la película una se espera todo), pero lo que sí es verdad que todos ellos son factores que, en mi caso, auguran una buena lectura. Y es justo lo que me ha ocurrido con este librito que hoy tengo el placer de presentaros.

Cuando comencé Te odio, pero bésame no tenía ni idea de quién era Isabel Keats. De hecho, pensaba que era una especie de SEP o una Sophie Kinsella, anglosajona por supuesto, y su novela la típica que acaba en boda con damas de honor incluidas. Cuando la terminé, solo podía pensar: ¿Por qué no conocía yo a esta mujer?

Y es que Te odio, pero bésame es la típica novela que me hubiera gustado escribir a mi. A ver, ya sabéis - si no, os lo imaginaréis - que soy una escritora frustada; de esas que lee y lee, y a la que no se le pega nada. Sufro un síndrome de la hoja en blanco crónico, aunque, como tengo la imaginación de una niña de quince años, me vienen a la cabeza, constantemente, ideas para futuribles y posibles relatos, que nunca llegan a nada.

Mis planteamientos suelen estar muy en la línea de esta novela de Isabel Keats: situaciones cotidianas, amores escondidos y que no cambian a lo largo del tiempo, finales felices y risas. En concreto, lo que me ha chiflado de Te odio, pero bésame es la historia de amor, tan romántica, donde el protagonista se enamora de la prota siendo apenas un niño, y la adora desde entonces en la distancia. Todo ello, impregnado por una relación odio-amor que tan bien funcionan tanto en el papel como en la pantalla. Ainsss, cuánto hemos aprendido de ti Jane Austen.

La novela es corta, aunque tampoco se hace corta, la verdad, y además engancha mogollón, por lo que se lee en un pispás. De hecho, lo he incluido en Libros que enganchan. Después de informarme un poco sobre Isabel Keats (madrileña, por cierto), me sorprende que las pocas críticas negativas que he encontrado sobre sus novelas sean precisamente acerca de esto... Es decir, acerca de que sean cortas.

Sinceramente, despúes de todo lo que ha caído por mis manitas lectoras, admito que para mi ya no existen libros cortos o largos (de hecho, tener un Kindle lo relativiza todo). Lo que si es cierto es que hay libros que se acaban demasiado rápido y libros que se rellenan sin control, y, de estos últimos, últimamente, he encontrado unos pocos. ¡Y los odio!

¿Por qué hay que hacer una saga de cada libro que se edita? Y se lo pregunta una lectora que adora las trilogías, las sagas, y todo lo que haga que una historia dure lo máximo posible. ¡Sagas sí! Pero, por favor, solo cuando sea necesario. Estamos hartos -por lo menos yo lo estoy, y mucho- de que ahora, todas las trilogías, sagas, duologías... se basen en la reiteración, en meter paja a diestro y siniestro, presumiblemente para sacar más tajada del asunto.

Luego, nos encontramos con un libro breve, pero bien hilvanado y estructurado, como el de Isabel Keats, y nos llevamos las manos a la cabeza. De verdad que los prefiero mil veces a la moda de las sagas infumables. Encima, ni siquiera sabía que Te odio, pero bésame era la segunda parte de una novela anterior ( Te quiero, baby que leeré próximamente). Hoy en día es impensable, para algunos, que una novela que sea segunda parte de otra, se pueda leer sin haber tocado la primera. Así que, gracias, señora Keats por el detalle.

En definitiva, me ha gustado mucho la novela. Las comparaciones son odiosas, pero me ha recordado un poco a Elísabet Benavent, pero sin tanta historia de mete y saca. Sus chicas no son odiosas, sus chicos son geniales. No sé, no le veo queja alguna. Encima escribe bien; no es nada madeinSpain, por lo tanto, sus novelas son actas para todas y todos los hispanoparlantes ( bye, bye barrera lingüística). Y lo más importante, te deja muchas ganas de leer más de ella, y si sus novelas son igual de frescas, agradables y "breves", creo que nos llevaremos bastante bien.


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