Revista Salud y Bienestar

¿Te perjudica lo que comes?, ahora puedes saberlo!

Por Salutis @MariaSalutis
Cada día conozco mas personas que han tomado la decisión de comer mejor, bien porque se han informado a través de algún amigo, porque lo han  leído o simplemente porque descubren que algún alimento no les cae bien: “he dejado los lácteos”, “no tomo pan”, “todo sin azúcar”, etc.

¿Te perjudica lo que comes?, ahora puedes saberlo!

Los artículos sobre comida, que comer y como comer para estar sano van en aumento y ya se sabe que cuando el río suena..:-)
Moda o no, el mercado está adaptándose a una necesidad real que responde a la paradoja de que en nuestro mundo de la comodidad, con medios de sobra para abastecerse de todo aún hay mucha gente que padece síntomas de malnutrición, colesterol, sobrepeso y otros problemas de salud que se relacionan con la alimentación.
Para saber si este tema te interesa puedes responderte a dos preguntas:
  1. ¿Cómo te encuentras?;  te sientes activo, con vitalidad, te cae bien lo que comes.
  2. ¿Como son tus análíticas? Tus parámetros de salud: colesterol, azúcar, minerales, etc. tienen valores normales o están continuamente alterados.
Si tus respuestas son positivas probablemente lleves una alimentación acorde a tus necesidades y no tengas aspectos que modificar, aunque siempre existe margen de mejora. Si por el contrario son negativas te puede interesar seguir leyendo.
A pesar de la conciencia que se está creando sobre como comer para mejorar  la salud, prevenir enfermedades o mejorarlas, la mayoría de la gente sigue instalada en el hábito de comer lo que le gusta o es habitual en su familia o entorno, aunque después de hacerlo se encuentre mal.
Uno de los problemas de salud más frecuentes en nuestra sociedad moderna son los trastornos digestivos: estómago revuelto o hinchado, acidez, estreñimiento, diarrea, medicación con antiácidos y falta de nutrientes.

La forma de cocinar los alimentos, el aumento de alimentos procesados, la acumulación de colorantes, conservantes, el exceso de azúcar y grasas, la dieta desequilibrada y el estilo de vida (comer deprisa, estrés, hábitos tóxicos como el tabaco, etc.), nos esta llevando a vivir con una salud mediocre.
Dentro de este ámbito nuestro intestino delgado es una pieza clave para que se produzcan estos males, ya que, además de digerir y absorber los nutrientes de los alimentos, representa el 70% de nuestro sistema inmunológico, es decir, nuestras defensas. Por ello, su mal funcionamiento puede crear otros problemas añadidos de salud como picores, dolores de cabeza, manchas en la piel, cansancio, cambios de humor, insomnio etc., que normalmente no solemos relacionar con la comida.

Aunque la mayoría de las personas puede tomar multitud de alimentos sin problemas, existe un porcentaje de personas sensibles (¡¡cada vez mayor!!), a los que ciertos componentes o alimentos en sí les ocasionan un grave daño.

Estos trastornos se denominan intolerancias y/o alergias alimentarias

La respuesta anormal a estos alimentos abarca desde pequeñas erupciones en la piel o diarrea, hasta reacciones alérgicas graves como shock anafiláctico que puede poner en peligro la vida.

¿Qué diferencia una intolerancia de un alergia alimentaria?.
Las intolerancias son las mas frecuentes y desconocidas y son respuestas anormales a un alimento en las que, en un principio, no se ha demostrado ningún mecanismo inmunológico, sino que suelen tener una base metabólica relacionada con un déficit de las enzimas involucradas en su absorción.  Es el caso por ejemplo de la intolerancia a la lactosa responsable de metabolizar el azúcar de la  leche.
En cambio en la alergia alimentaria la reacción después de ingerido el alimento (aun en cantidades muy pequeñas), tiene una base inmunológica a través de los anticuerpos IgE.
Entre los alergenos más frecuentes se encuentra el gluten(presente en el trigo, la avena la cebada, el centeno y la espelta) las proteínas de la leche animal (vaca, oveja) alguna fruta, las leguminosas, los huevos, los crustáceos, las nueces y algún pescado y hortaliza.
¿Qué sucede en el cuerpo?
La mucosa del intestino delgado se daña en ambos casos. Pierde su función “barrera”, disminuye la producción de enzimas digestivas y destruye el ambiente perfecto para que los microorganismos que cohabitan en su interior convivan en armonía.
Esta situación suele dar lugar a una permeabilidad intestinal. Y, ¿que significa esto? 
Pues que gracias a esta permeabilidad pueden pasar a la sangre sustancias como residuos bacterianos, moléculas grandes no digeribles de alimentos y otras sustancias que perjudican nuestra salud. Nuestras defensas identifican a los intrusos, y ponen en marcha toda una serie de medidas de urgencia para intentar acabar con ellos. Además de los síntomas locales se pueden experimentar diarrea, dolores de estómago, nauseas, pesadez o mala digestión, flatulencia o espasmos abdominales. También como en el caso del gluten, se produce una menor capacidad para absorber nutrientes esenciales como proteínas, hidratos de  carbono, ácidos grasos, vitaminas y muchos minerales. En estas personas, se pueden dar más patologías del tipo de alergias, asma, infecciones respiratorias y urinarias de repetición, trastornos del sueño, reuma, predisposición al síndrome metabólico, enfermedades autoinmunes, trastornos nerviosos, cardiovasculares y un sinfín de enfermedades comunes que no se suelen asociar a la alimentación.
En general hacer un diagnostico acorde con estos razonamientos no es la práctica  habitual y se  suele tratar combatiendo los síntomas y no la causa real.
¿Qué es lo que tu puedes hacer?
En primer lugar debes plantearte si estas siguiendo una dieta adecuada a tus necesidades.  Si no es así,  necesitas equilibrar tu nutrición comenzando por aumentar el número de alimentos crudos y cocinando a temperaturas  menores de 110ºC.  No existen dietas ideales universales, sino que cada persona debe encontrar el tipo de dieta ideal de acuerdo a sus necesidades funcionales y metabólicas.
En el caso de  las alergias obviamente habrá  que encontrar y eliminar de la dieta el alimento que está originando esas reacciones, y en las personas que tienen intolerancias se puede estar consumiendo pequeñas cantidades del alimento o del componente alimenticio sin que se den síntomas excepto en el caso de personas sensibles al gluten o al sulfito (conservante de muchos alimentos envasados).
Pruebas diagnósticasExisten tests de sensibilidad a los alimentos que son capaces de valorar la respuesta no alérgica que el sistema inmune de algunas personas desencdena ante la presencia de determinados alimentos. Aunque existen diversos tipos de diagnóstico, la más acertada consiste en una sencilla extracción de sangre.
¿Te perjudica lo que comes?, ahora puedes saberlo!

Mediante una técnica de enzimoinmunoensayo, se pueden analizar los anticuerpos de tipo IgG específicos frente a ciertos alimentos y así conocer el grado de intolerancia a ellos.
Es muy potente el simple hecho de eliminar ciertos alimentos de la dieta para notar como se mejoran de inmediato los síntomas digestivos, el dolor de cabeza, el sobrepeso, la retención de líquidos, etc.
Como decía Hipócrates, primer médico de la historia,  “que tu alimento sea tu medicina, y tu medicina tu alimento”. 

Yo no se si todos los alimentos podrán servir de medicina pero desde luego, eliminar de tu dieta aquellas sustancias que están dañando tu sistema digestivo es el primer paso para renovar tu salud.

¿Eres de los que comes de todo y todo le sienta bien? ¿Tienes alguna intolerancia alimentaria? ¿Qué síntomas de los que he citado te son familiares?
Toma acción, examina tu alimentación o pide ayuda!! Comienza a mejorar tu vida cuanto antes cambiando tu alimentación!!.

Si te ha parecido interesante, comparte la información con aquellos que se preocupan por su salud o coméntame cualquier duda al respecto.Gracias!!

Ref. Mod. de: Soria Natural Dra. Molinero, 2013. nº 14 Qualitas Vitae"Zapico Sesifood Test. Analiticas

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