Como vimos la semana pasada, la asertividad es muy útil e importante para defender nuestros derechos de manera adecuada. Por ello, en el siguiente blog se explica una técnica mediante la cual podemos hacer más fácil el momento de defendernos, teniendo en cuenta también los derechos de la otra persona.
Es una técnica a la que podemos recurrir en cualquier momento, en cualquier lugar, con cualquier persona… Algunas situaciones en las que nos puede ser de ayuda pueden ser:
- Hacer una crítica a alguien o sobre algo.
- Decir que no a alguien.
- Cuando te piden que prestes algo y no deseas hacerlo.
- Si te piden un favor que no quieres hacer.
- Quieres pedir un favor a alguien y no sabes cómo.
- Te interrumpen constantemente cuando es tu turno.
- Dar una opinión.
El objetivo principal es conseguir decir lo que pensamos, sentimos, queremos o necesitamos sin miedo a la posibilidad del rechazo del otro y sin que la persona pueda sentirse atacada.
La técnica consiste en expresar lo que queremos, nuestro reproche, nuestra critica… intercalándola con dos proposiciones positivas antes y después. Los pasos serían los siguientes:
- Empatizar con el otro. Empezar poniéndose en el lugar de la otra persona haciéndole ver que podemos entender en parte su situación y sus razones.
“Entiendo que………………………..”
- Transmitir el mensaje de manera clara y concisa, expresando bien las razones por las que lo decimos. Es recomendable:
- Tener mucho cuidado con el “TÚ”. Cuando hablamos usando el tú, de alguna manera estamos acusando y señalando de manera muy directa. Esto dificultará la conciliación, provocando que la otra persona pueda ponerse a la defensiva.
- Hablar desde el sentimiento. Pues cuando expresamos lo que sentimos, llega más nuestro mensaje a los demás
“Pero…………… yo me siento…………….”
- Acabar con una frase en positivo en forma de:
- Petición de cambio.
- Propuestas de solución.
“Por favor………………………….”
“Por lo tanto………………………..”
“Me gustaría que……………………”
“Si quieres…………………………”
A continuación, pondré dos ejemplos que ayuden a clarificar la técnica en diferentes situaciones.
Ejemplo 1: Mi amiga me pide un vestido y no sé cómo decirle que ese no se lo quiero prestar.
“Entiendo que necesitas un vestido para ese evento y que este te gusta, pero justo ese es el vestido que más me gusta y si se me mancha me va a sentar mal. ¿Quieres qué te preste cualquier otro? ¿o que te ayude a comprar uno?”
Ejemplo 2: Tu pareja llega enfadado/a a casa y lo paga contigo.
“Entiendo que te hayas enfadado hoy y que hayas tenido un mal día, pero no me gusta que cuando te enfadas tanto me hables mal. Me gustaría que la próxima vez tuvieras un poco más de cuidado”.
Solo practicando conseguiremos que cada vez nos sea más fácil defendernos y expresar lo que sentimos y necesitamos.