Se ha acabado aceptando la dominación porque se ha creído en el mito del progreso. Pero la cuestión fundamental que nos hemos de preguntar es a qué progreso nos referimos. ¿Al progreso material producidos esencialmente por los avances cientifico-tecnológicos? ¿A quién ha beneficiado estos avances en el terreno de la Técnica? ¿Qué precio tenemos y tendremos que pagar por el progreso? ¿Qué entendemos por progreso?
Si nos referimos al progreso material el precio que hemos tenido que pagar y que vamos a pagar va a ser altísimo con unas posibles consecuencias impredecibles por el alcance mundial del Sistema. Bajo estas circunstancias la dictadura ya no va a ser local -como en anteriores épocas- sino global, con políticas similares como se ha visto con esta última pandemia. Lo que suceda en un región concreta del mundo podrá afectar a las otras ya sea a nivel, económico, social o político. Los problemas del Sistema serán globales y por lo tanto con soluciones globales.
Vivimos en un mundo donde la supuesta abundancia material ha camuflado en buena medida la miseria espiritual.