Una técnica de relajación es cualquier procedimiento, método o actividad que puede ayudar a reducir la tensión física o mental, con ella se logra alcanzar un nivel de calma y bienestar reduciendo el nivel de estrés, ansiedad o ira. Los niños pueden experimentar estas emociones y aprender a controlarlas es importante, por ello es interesante enseñarles técnicas de relajación que les ayuden a gestionar esas emociones negativas. Estas técnicas varían según la edad, a partir de los 36 meses y hasta los 6 años de edad ya se puede introducir alguna actividad de relajación básica como si fuera un juego, de 7 a 9 años de edad se pueden introducir técnicas más estructuradas como por ejemplo la progresiva en la que el niño aprende a tensar y relajar diferentes grupos musculares.
Las técnicas de relajación infantiles pueden ayudar a los niños a superar varios problemas, como por ejemplo la falta de concentración, mejorar el autocontrol o reducir los trastornos de sueño, también son efectivas en los casos de niños que tienen hiperactividad. Pero el principal objetivo es que puedan aprender a hacer frente a determinadas situaciones habituales en el día a día y que causan ansiedad y tensión.
Durante la infancia, somos los padres quienes debemos guiar y supervisar las diferentes técnicas para relajarse, a medida que el niño vaya creciendo podrá ir practicándolas por sí solo e incorporarlas a su rutina diaria como un mecanismo que le ayudará a afrontar las situaciones antes descritas.
Como decíamos, en la primera etapa, desde los 36 meses a los 6 años de edad se realizan juegos de relajación, se puede empezar en la cama y así ayudar a los niños a que se relajen y se duerman, en este caso leer un cuento, por ejemplo el de la liebre y la tortuga, se le pide al niño que haga de tortuga, que respire, mueva los brazos y las piernas muy lentamente como si fuera una tortuga, al final la tortuga se mete en su casa apaga la luz y se dispone a dormir para poder recuperarse y empezar el día con energía. Este es un ejemplo, pero hay cientos de formas y técnicas básicas que ayudarán a relajarse a los pequeños.
En los niños de 7 a 9 años de edad se puede utilizar la relajación progresiva que hemos referenciado anteriormente, la relajación pasiva, técnica que no utiliza ejercicios de tensión, sentarse o tumbarse con los ojos cerrados adaptándose perfectamente al lugar en el que se encuentra el niño, sea la cama o el sofá, no tensar ningún músculo, concentrarse en cada miembro del cuerpo y notar como desaparece la tensión, etc. La respuesta de relajación es otra técnica en la que se controla la respiración a partir de la repetición de una palabra clave, como en la anterior, hay que adoptar una posición cómoda y cerrar los ojos, relajar todos los músculos, inspirar y expirar pausadamente y pronunciando una palabra, además se pueden introducir otro tipo de instrucciones.
Con las técnicas de relajación para niños, los pequeños obtendrán numerosos beneficios, mejorarán su seguridad y autocontrol, lograrán suavizar los episodios impulsivos, tendrán una mejor capacidad de afrontar sus miedos y temores, de hecho, estas técnicas suponen una ayuda importante para el tratamiento de fobias, impulsividad, déficit de atención, etc. Este es un post introductorio sobre la relajación, próximamente trataremos cada técnica, cómo se debe efectuar y ejemplos según la personalidad del niño o su grado de actividad, de momento os recomendamos acceder a Psicodiagnósis para profundizar un poco más en la relajación a nivel general.
Foto | Annais
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Técnicas de relajación para niños