TÉCNICAS EFECTIVAS PARA COMBATIR EL CANSANCIO PARTE I
¿Quién no se ha sentido cansado?
Seguramente, en estos últimos días te has sentido en algún momento como un trapo de piso; sin energía para moverte por cuenta propia.
La mayoría de nosotros nos quejamos de tener muchas cosas para hacer y muy poco tiempo para hacerlas, especialmente durante esos períodos frenéticos en los que todo parece juntarse.
Pero, sin embargo, cabe señalar que muchas veces nuestros hábitos diarios son los verdaderos responsables: la forma en que comemos, la calidad del sueño, y nuestro estado emocional.
A continuación, algunas formas sencillas de recargar las baterías y superar el cansancio en tu vida.
¿Por qué quedamos tan llenos y somnolientos después de comer un plato de pastas con salsa o un exquisito Chau Mien con pollo? ¿Por qué quedamos distraídos y tenemos dificultades para concentrarnos?
El hecho es que los hábitos en la dieta juegan un rol importante en cuán bien funcionamos a cada nivel.
A continuación, algunas estrategias en la dieta para combatir la fatiga.
- Desayuna, incluso cuando no tengas hambre
Estarás mucho más animado y alegre. Distintos estudios demuestran que las personas que toman el desayuno se sienten mejor tanto desde el punto de vista mental como del espiritual que aquellos que pasan por alto esta comida matutina.
Investigadores británicos de la Universidad de Cardiff han encontrado que ingerir un bowl de cereales cada mañana disminuye los niveles de la hormona cortisol, íntimamente relacionada al sentimiento de estrés.
- Come cada tres o cuatro horas.
Realizar tres comidas racionales y dos colaciones al día puede ayudarte a mantener tus niveles de energía y azúcar en sangre estables durante todo el día.
Observa que hemos dicho “racionales”. Las comidas exageradas requieren de más energía a la hora de realizar la digestión, lo que puede hacer que te sientas un tanto letárgico.
Entonces, en cada una de tus comidas racionales, ingiere una combinación de carbohidratos (usados por el cuerpo para crear energía), proteínas (que ayudan a mantener las energías), y grasas saludables como aquellas que están en los pescados, en las avellanas, y en las aceitunas estas grasas y proteínas ayudan a la sensación de saciedad, de modo que no andarás buscando dulces por todas partes una hora después de comer.