En la actual Sociedad-Red en la que vivimos, el buen uso de las redes sociales y el thick data puede marcar la diferencia entre una campaña exitosa y un fracaso rotundo.
En pleno siglo XXI la era de las campañas políticas repartiendo volantes y dando discursos por la televisión ha quedado en el pasado. Nuevos sistemas y estrategias han surgido para generar interés en los potenciales electores, quienes cada día están más inmersos en los medios electrónicos y en la globalización y tienen menos tiempo para leer amplios análisis políticos o para escuchar extensos monólogos. Entre esas estrategias la más importante es justamente la Tecnopolítica, ¿habías oído hablar de ella?
Cuando se habla de Tecnopolítica se trata del uso de las redes sociales, las telecomunicaciones y el internet para el activismo, la comunicación y la política. La Tecnopolítica ha crecido exponencialmente con cada campaña electoral, ya que ahora más que nunca el éxito o el fracaso de la misma depende mucho de los medios digitales. Una persona usa su Smartphone unas 200 veces al día, con un 90% de este uso dedicado exclusivamente a revisar las redes sociales. El Twitter, Facebook, Whatsapp, Instagram, y demás redes han pasado a ser medios de comunicación que están disponibles 24/7 y en los que además puedes elegir tu programación y participar en el debate.
Contar con una estrategia de marketing digital es una necesidad clave para marcar la diferencia entre una actividad política infructuosa y una verdadera campaña, ya que ofrece ventajas arrasadoras sobre las demás estrategias. Se trata de transformar los escenarios a nuestro favor: si nos enfrentamos a una sociedad que ahora ocupa la mayor parte de su tiempo frente a la Tablet o el celular, lo que conviene no es intentar disuadirlos de esta actividad, sino pasar a formar parte de esa misma comunidad y convertir estos nuevos medios en espacios para la difusión y recepción de información que beneficie a la campaña, utilizando los mismos formatos -imágenes, gifs, videos− que ya son populares y que se hacen virales con un par de clicks.


Ahora es diferente; los blogs, páginas webs y redes sociales permiten un feedback; la gente no sólo lee o escucha lo que los políticos tienen para decir, sino que además tienen la posibilidad de contestar, hacer preguntas y propuestas, y muy al contrario de ser esto algo negativo, si se sabe dirigir y sacarle provecho, es la única manera eficiente de generar cercanía y contacto con todos los electores. Escuchar propuestas y solventar dudas sobre tu campaña genera confianza, empatía y seguridad en la gente, lo cual es el factor más determinante en cualquier contienda política.
Donald Trump, por ejemplo, estaba consciente de la importancia que podía tener este recurso sobre los resultados electorales, y es por esto que el actual presidente de los Estados Unidos gastó alrededor de 70 millones de dólares mensuales en publicidad y marketing digital para su campaña. Pero considerando los resultados, tal parece que fue una buena inversión ¿no lo creen?


El activismo digital ya se encuentra circulando entre los principales servicios de mensajería digital del mundo, como lo son Whatsapp y Telegram. Acciones simples como la difusión de mensajes, las famosas cadenas, e incluso los memes políticos sirven para llevar la información y mantener la comunicación política en constante movimiento. Los beneficios del marketing digital apoyado en la Tecnopolítica para las campañas electorales son MASIVOS, por lo que ¡ha llegado la hora de romper esos viejos esquemas y comenzar a imaginarnos todas las campañas políticas como parte de las historias de Instagram y de las notificaciones en el Smartphone de los millones de usuarios a los que usted está a punto de alcanzar!