Ted, el obsceno osito de peluche -

No es habitual encontrar en las carteleras comedias que consigan hacerte sonreir. O se trata  gamberradas del tipo de "Resacón en Las Vegas" o de comedias insoportables de las que nos ofrecen habitualmente actores como Adam Sandler, Ben Stiller y Jennifer Anniston.

Sin embargo "Ted" consigue  escapar de esa mediocridad. Es la primera película de Seth McFarlane, el creador de series como "Padre de familia".

El prólogo de la historia, narrado como si de un cuento de Navidad se tratara, nos cuenta la existencia de un niño, John, que no es aceptado por los demas y que encuentra en un osito de peluche el amigo y compañero que está buscando. Cuando le es concedido el deseo de que Ted hable y se convierta en un osito de peluche vivo, parecerá que ha alcanzado la felicidad.

 En una rápida sucesión de imágenes veremos pasar veintisiete años en los que John y Ted se mantienen  como amigos inseparables, para retomarlos cuando John, (Mark Wahlberg) que lleva cuatro años de relaciones con  Lori, (Mila Kunis), sigue siendo el mismo adolescente inmaduro, incapaz de comprometerse ni en el amor ni en el trabajo. 

A través de Ted, que se ha convertido en un personaje obsceno, permanentemente colocado, que solo piensa en el alcohol, fumar hierba, el sexo y las series y peliculas de TV de su adolescencia, accedemos al auténtico John, al que tan solo el amor de Lori consigue mantenerle dentro de unos límites de respetabilidad.

¿Donde está lo bueno de esta película? quizá os esteis preguntando. Pues en el tratamiento de la historia y en el juego de contrastes que nos ofrece. Valga como ejemplo que el espíritu navideño de la pandilla que rechaza a John se manifiesta persiguiendo al niño de origen judío del barrio o el hecho de que Ted sea un osito de peluche que habla (y piensa, bebe, come, se droga, practica sexo y tiene un sinfín de amistades) sea aceptado por todo el mundo. De este juego con el absurdo es de donde nacen, en mi opinión, las virtudes de esta película.  

Y dentro de los contrastes, el ver a Mark Walhberg, habitual interprete de personajes duros (Tres reyes, El planeta de los simios, Infiltrados -por la que fue nominado al Oscar-, La noche es nuestra, Max Paine- donde ya trabajó con Mila Kunis- o The fighter) en el papel de John, un ser infantil que se deja manipular por su osito de peluche y por su pareja.

Con un exceso de obscenidades verbales y gestuales y algunas referencias en el doblaje español, a situaciones y personajes habituales de cierta actualidad (Belén Esteban o Falete), la película se rinde en demasiados momentos a los recursos fáciles, a la búsqueda del éxito de taquilla. A pesar de esto y de la dificultad de mantener el nivel en una historia de sus características, la película es recomendable excepto para aquellos que no soporten y se escandalicen de las obscenidades.

 ¡Ah! como ya habreis deducido por este comentario y  trailer, pese al osito de peluche, no es en absoluto recomendable que llevéis a niños a verla.

Buenos días y buena suerte