Teenage paparazzo (Paparazzo adolescente en castellano) es, ante todo, un juego de espejos. En efecto, la cámara de Adrian Grenier filma al joven Austin Visschedyk mientras éste fotografía a las celebridades que a su vez participan del trabajo cinematográfico de un colega dispuesto a entender el exitoso negocio de la prensa farandulera. De esta manera, el novio de Anne Hathaway en la ficción propone un documental multifocal sobre el fenómeno de la exposición mediática.
Hace unas cuantas semanas HBO incluye en su programación al largometraje que se estrenó en el Festival de Sundance a principios del año pasado. De paso, revela y promociona la otra faceta del actor que protagoniza la serie emitida por el mismo canal premium: la exitosa Entourage (cabe señalar que los compañeros de elenco integran la lista de famosos entrevistados sobre los gajes del estrellato).
Quizás lo que más impresiona de este paparazzo adolescente y californiano no es tanto su obsesión por la notoriedad propia y ajena, sino la ausencia de un adulto capaz de ponerle freno a una conducta casi enfermiza. De hecho, mientras los académicos interpelados alertan sobre una tendencia que afecta especialmente a los jóvenes, la madre de Austin protesta en voz alta por los caprichos de un hijo que ella considera fenomenal (en el sentido literal y metafórico del término), el profesor particular en reemplazo de la escuela se resigna ante los desplantes de un alumno atípico y el propio Grenier parece darse cuenta tarde del monstruo que su película ha alimentado.
Lindsay Lohan, Matt Damon, Alec Baldwin, Kevin Connolly, Whoopi Goldberg, Kevin Dillon, Eva Longoria, Rosie O’Donnell son algunas de las stars que fotografía Austin y/o entrevista Adrian. Es probable que sus apariciones atraigan la atención de espectadores con la misma fascinación que el paparazzo adolescente, y que para ellos el documental estrenado en Sundance no sea más que otra ventana de acceso a la intimidad de Hollywood.