¿Te apetece pecar este fin de semana? Estoy segura de que caerás en la tentación de comer dos o tres tejas de almendra y naranja que vamos a preparar esta mañana. Para hacer tejas de almendra caseras solamente es necesario tener los ingredientes, un horno y ganas de meterse entre fogones un rato.
Las tejas son unas galletas muy finas y crujientes, un dulce exquisito que gusta a todo el mundo. Su elaboración es mucho más fácil de lo que parece a simple vista y resultan perfectas como acompañamiento de postres cremosos como natillas o helados. También son ideales para acompañar un café o chocolate a la taza.
Si quieres hacer este dulce tradicional no necesitas cosas extrañas, sus componetes son de lo más corriente y frecuentes en casi todas las casas; harina, azúcar, mantequilla, almendras y naranjas. Tampoco hacen falta grandes conocimientos culinarios porque simplemente hay que mezclar todos los ingredientes.
Como ves disfrutar de unas tejas de almendra crujientes es de lo más sencillo, puedes preparar una buena cantidad de tejas ahora mismo, se conservan perfectamente durante varios días en una caja de lata bien cerrada.
TEJAS DE ALMENDRA Y NARANJA
INGREDIENTES (28/30 unidades dependiendo de su tamaño):
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250g de azúcar
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75g de harina
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125g de almendras laminadas
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100g de mantequilla
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100ml de zumo de naranja
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ralladura de 2 naranjas
PREPARACIÓN:
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Forrar una fuente de horno con papel sulfurizado.
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Precalentar el horno a 180º.
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Poner en un bol las almendras, la mantequilla fundida, el zumo y la ralladura de las naranjas. Mezclar bien.
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Incorporar la harina, remover con varillas hasta integrarla por completo.
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Con una cucharilla de postre echar, sobre la bandeja preparada, pequeñas cantidades de masa muy separadas entre sí porque se expanden muchísimo, de este modo no se pegan unas a otras.
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Hornear hasta que estén doradas, 10/15′ (depende de cada aparato).
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Retirar y dejar templar unos segundos antes de manipularlas con el fin de que endurezcan un poco. Sacar cada teja con ayuda de una espátula, colocarlas sobre un rodillo para doblarlas y conseguir la forma de una teja. Esperar a que se enfríen totalmente.