Hace unos meses les dejé una entrada donde me preguntaba a qué edad sería adecuado que un niño disponga de su propio teléfono móvil, con sus pros y sus contras. Desde ese día hasta hace bastante poco seguía dándole vueltas al asunto, donde realmente las contras eran más por mis propios miedos.
He tomado la decisión de cumplir mi palabra. Mi mayor lleva dos años pidiendo que le permita tener uno, y viendo un poco la distancia de ese momento le di mi palabra que cuando tuviese los doce años sacaríamos de nuevo el tema, que entonces habrían muchas más opciones. Pero claro el tiempo pasa más rápido de lo que me gustaría y este año me he visto en el compromiso del dichoso móvil. Evidentemente ya no es una niña pequeña que puedas camelar con cualquier otra cosa, pasando así la cortina de humo que te permite aplazar esa situación, y evidentemente ella quiere un móvil básicamente por el whatsapp, por lo que no serviría un simple teléfono donde realizar llamadas. La niña ya no está, ahora tenemos a la pre-adolescente o ya adolescente, aún ni lo tengo claro.
Está también muy claro y demostrado que a los niños hay que enseñarles. Hay que formarlos para que sepan darle un buen uso a estos aparatos, sobre todo en el acceso a internet. Hay que enseñarles dónde están los peligros, qué evitar, cuándo sospechar…. son tantas las cosas que debemos enseñarles a esta edad que resulta atemorizante, pues a mis ojos siempre seguirá siendo una niña, aunque ello ya no se ajuste del todo a la realidad.
Así que después de mucho meditarlo sí, tendrá su teléfono móvil pero bajo un acuerdo:
- Por supuestísimo el móvil a clase no puede ir.
- Yo debo tener acceso a su teléfono para poder comprobar que realmente le esté dando un buen uso.
- El teléfono duerme en mi habitación, no en la suya y tendrá una hora concreta de irse a dormir.
- Deberá avisarme inmediatamente de cualquier contacto “raro” que pueda llegar a establecerse desde el teléfono móvil sin pronunciar palabra antes de ello para que pueda ser comprobado.
- Ya que necesitará una cuenta de google para poder utilizar el teléfono con sus funciones, yo tendré también esa contraseña y podré revisar sus aplicaciones, correo electrónico así como historial web. (Si alguien no sabe cómo revisar todo esto podemos hacer un minitutorial).
- Mientras esté haciendo tareas escolares, estudiando y cualquier cosa relacionada a la actividad escolar el móvil tendrá que estar desconectado.
- El privilegio del teléfono podrá perderse en cualquier momento si se observa que deje de hacer cualquier otra cosa/actividad por querer hacer uso de él. Con esto quiero decir que el teléfono NUNCA debe ser una preferencia en su día a día.
¿Cómo lo ves, me estaré pasando con el acuerdo?
Zulema de Mamá es bloguera
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