Aunque siempre se ha asignado al óptico holandés Hans Lippershey la patente del primer telescopio, recientes investigaciones ha concluido con que el primer científico en inventar este aparato fue un español llamado Juan Roget.
Se denomina telescopio al instrumento óptico que permite ver objetos lejanos con mucho más detalle que a simple vista. Es la herramienta fundamental de la astronomía, y cada desarrollo o perfeccionamiento ha sido seguido de avances en nuestra comprensión del Universo. Gracias al telescopio, desde que Galileo Galilei en 1609 lo usó para ver a la Luna, el planeta Júpiter y las estrellas, el ser humano pudo, por fin, empezar a conocer la verdadera naturaleza de los objetos astronómicos que rodean el planeta Tierra y su ubicación en el Universo.
La idea del telescopio dióptico no fue repentina. Durante cientos de años habían circulado rumores en Europa sobre aparatos ópticos reflectores y refractivos con los que se podía ver a larga distancia.
Generalmente, se atribuye su invención a Hans Lippershey, un fabricante de lentes alemán, quien presentó por primera vez su rudimentario tubo con lentes cóncavas y convexas al gobierno en La Haya en septiembre de 1608, en plena Guerra de Flandes, que enfrentó a varias provincias protestantes rebeldes contra su soberano Felipe II. Este mostró su invento al príncipe Mauricio de Nassau y éste a su vez llegó a enseñárselo al general de los Tercios de Flandes Ambrozio Spinola, inmortalizado por Velázquez en La rendición de Breda y que supuestamente afirmó: “A partir de ahora no estaré seguro, porque podrás verme desde lejos”.
Pero, al parecer, los historiadores están equivocados. Nuevas investigaciones, que publicó el historiador británico Nick Pelling en la revista británica History Today, afirman que el primer telescopio inventado en el mundo fue un fabricante de lentes establecido en Gerona en el año 1590. Su nombre fue Juan Roget.
TELESCOPIO DEL SIGLO XVII
Según fuentes oficiales, se sabe que Juan Roget vivió porque su nombre aparece junto a la anotación del fallecimiento de su mujer. Juan Roget, óptico gerundense, había fabricado y vendido variantes de telescopios a finales del siglo XVI con el nombre “olleres de llarga vista”. Juan estuvo casado con una francesa de nombre Juana y falleció entre 1617 y 1624. Su hermano en Barcelona era Pedro y su mujer Catalina Isern, con la que tuvo tres hijos, uno de los cuales, Miguel, era ciertamente dominico.
Su idea del telescopio viajó hacia el norte, a Holanda, y en 1608, dieciocho años después de haberlo creado, tres personas de esta nacionalidad se reivindicaron por separado el invento.
Pelling inició sus investigaciones sobre la fabricación del primer telescopio cuando encontró en internet la tesis de otro español, un coleccionista de aparatos de óptica e historiador aficionado llamado José María Simón de Guilleuma (1886-1965), publicada en 1959. Guilleuma rastreó las primeras menciones del artilugio en testamentos realizados en Cataluña a finales del siglo XVI. Es más, incluso había hallado una referencia en el libro de un óptico milanés llamado Girolamo Sirtori, en el cual relató una asombrosa reunión con un “hombre viejo y atrofiado” fabricante de lentes que conoció en Gerona, Juan Roget, a quien nombraba como el verdadero primer inventor del telescopio.
Simón de Guilleuma investigó en inventarios de la época con el objetivo de encontrar alguno de los primeros telescopios fabricados por el óptico español. Entre ellos destacan dos “ulleras” que significan monóculos o lentes de aumento, palabras que más tarde serían sustituidas por las de catalejos o telescopio. En la primera referencia, fechada el 10 de abril de 1593, un tal Pedro de Carolona regalaba a su esposa una “ullera de larga guarnida de llautó”, cuyo significado aproximado es el de un monóculo con mango largo de bronce. El segundo, fechado el 5 de septiembre de 1608, pertenece a una subasta de los bienes de Jaime Galvany, entre los cuales se cuenta una “ullera de llauna per mirar de lluny”, que viene a ser un monóculo para ver de lejos. Este último caso parece hablar del telescopio de Roget.
Según Pelling, en aquella época era muy improbable que el primer inventario responda a la definición de telescopio pero el segundo, el de la subasta, se ajusta mejor a los sucesos de Holanda. Por otra parte, es probable que Roget y sus clientes no lograsen apreciar el verdadero potencial del invento.
Quienes habían estudiado la historia del telescopio consideraban que Roget era demasiado “marginal” como para ser considerado el padre del aparato. Pero Guilleuma, al investigar su tesis, encontró listados oficiales de parientes de Roget en Barcelona, muchos de los cuales también eran fabricantes de lentes. Al investigar las descripciones de Sirtori, Guilleuma descubrió que éstos existían en exactamente los lugares y fechas descritas.
TELESCOPIO DEL SIGLO XVII
Según un autor de la época, un holandés llamado Zacharias Janssen intentó venderle a un noble alemán un telescopio pero no lo logró porque una de las lentes estaba rota y porque el precio era exorbitado. Este episodio ha llevado a pensar que Janssen vendía en realidad un objeto hecho por otro y a endosar la invención del telescopio a ópticos italianos como G. Battista della Porta o Rafael Gualterotti.
La hipótesis de Pielling comienza cuando un desconocido compra el telescopio de Galvany en Barcelona y pone inmediatamente rumbo a Francfort, la feria donde se presentaban anualmente los libros y las novedades científicas. Allí, al verse huérfano de contactos, conoce a Janssen y le ofrece ir a medias en el negocio a cambio de que éste le venda el objeto a sus clientes. Janssen, fascinado por el objeto, hace lo imposible por no venderlo. Cree que ha encontrado un gran hallazgo. Quiere quedárselo él y así lo hace.
Vuelve enseguida a Holanda, convencido de que será capaz de fabricar algo parecido. Pero Zacharias Janssen no es óptico y necesita lentes. Se las pide a los fabricantes de lentes Hans Lipperhey y a Jacob Metius de Alkmaar. No se da cuenta de que a la vez propaga el secreto y cava su propia tumba.
Hans Lipperhey presentó la solicitud de patente de telescopio, que no era más que un catalejo de baja potencia, el 2 de octubre de 1608. Cuando Janssen obtiene su propio telescopio, marcha a la oficina de patentes el 17 de octubre de 1608 y solicita lo mismo.
Pero días después las autoridades le informaron de un “hombre joven que había demostrado lo mismo con un instrumento similar”.
Se da cuenta de que Lipperhey le ha adelantado, patentando el ingenio dos semanas antes, arrebatándole de paso el mérito a un óptico de Gerona. Poco antes, el día 14, otro fabricante de lentes, Metius, también había intentado patentarlo.
Pero tal como dijo a la BBC Nick Pelling, esta versión de los hechos carece de fundamentos, porque “a través de la historia ha habido casos de personas que inventan objetos al mismo tiempo” señala el investigador. “Pero en general, siempre ha habido una buena razón para que ocurra así, y ésta es el hecho de que alguien plantea el desafío”. Tal como explica el historiador, en 1608, nadie había presentado el desafío de crear un telescopio, ni se había declarado la intención de hacerlo. “Y esto no tiene sentido porque tres personas no pudieron plantear del desafío de inventar un telescopio al mismo tiempo en el espacio de dos semanas. Incluso en esa época, creo que estaba clara que todos los solicitantes de patentes holandeses estaban mintiendo, engañando u ocultando hechos.”
Los cierto es que Juan Roget inventó el telescopio en 1590, dieciocho años antes de la patente de Hans Lippershey.
En varios países se ha difundido la idea errónea de que el inventor fue otro holandés llamado Christian Huygens, quien nació mucho tiempo después.
GALILEO GALILEI
La noticia del registro de tan revolucionario invento para la ciencia se difundió con rapidez por Holanda y toda Europa. Galileo Galilei decidió diseñar y construir uno. En 1609 mostró el primer telescopio astronómico registrado. Gracias al telescopio, hizo grandes descubrimientos en astronomía, entre los que destaca la observación, el 7 de enero de 1610, de cuatro de las lunas de Júpiter girando en torno a ese planeta.
Conocido hasta entonces como la lente espía, el nombre “telescopio” fue propuesto primero por el matemático griego Giovanni Demisiani el 14 de abril de 1611 durante una cena en Roma en honor de Galileo, cena en la que los asistentes pudieron observar las lunas de Júpiter por medio del telescopio que Galileo había traído consigo.
Existen varios tipos de telescopio: refractores, que utilizan lentes; reflectores, que tienen un espejo cóncavo en lugar de la lente del objetivo, y catadióptricos, que poseen un espejo cóncavo y una lente correctora. El telescopio reflector fue inventado por Isaac Newton en 1688 y constituyó un importante avance sobre los telescopios de su época al corregir fácilmente la aberración cromática característica de los telescopios refractores.
GALILEO GALILEI ENSEÑANDO AL DUQUE DE VENECIA EL USO DEL TELESCOPIO
POR GIUSEPPE BERTINI, SIGLO XIX