Telmo quiere ir a la luna. Carlo Fabretti / Patricia Metola.

Esta semana la cosa va de álbumes ilustrados y es que, últimamente no hago más que descubrir cuentos estupendos.

Como siempre, darle mil gracias a la editorial Narval por dejarme disfrutar de ellos.

No sé si os lo he contado alguna vez. La persona más pequeñita de mi gran familia, el último en llegar, se llama Telmo. Ya va a cumplir un añito pero llegó con un montón de alegría debajo del brazo para regalarnos a todos.

Por eso, cuando vi en el catálogo de Narval esta novedad enseguida me gustó. Un protagonista que se llamara Telmo tenía que ser, por fuerza, simpático y encantador.

Y así ha sido. Telmo es un niño pequeño y con muchas ganas de comerse el mundo, no os digo más, que en este libro quiere ir nada menos que a la luna, ¡toda una hazaña!

Pero claro, la luna está un poco lejos y para poder despegar con fuerza suficiente necesita una pista de despegue muy larga. Lástima que toooodos los rincones de su casa estén llenos de juguetes y no haya ni un espacio pequeñito para el gran evento.

Por suerte, Telmo es un chico con recursos.

¿Qué tiene de especial este libro? Pues, yo diría que el hecho de que el texto y la ilustración se complementan perfectamente. Las letras y los dibujos se unen para que conozcamos a Telmo, su casa, sus cosas... y entendamos perfectamente la situación.

A una historia muy sencilla pero encantadora la acompañan unas ilustraciones tiernas, aparentemente nada elaboradas, de trazos rápidos y colores vivos y tremendamente expresivas y el conjunto resulta ser un libro que dice mucho más de lo que vemos en un principio y que, además, nos resulta enternecedor. ¡Todos queremos que Telmo llegue a la luna! Porque el es un niño muy real, desordenado y con una imaginación prodigiosa que hace mejor que nadie lo que todos los niños deben hacer, jugar. Y ¿sabéis lo mejor? Telmo tienen la casa llena de juguetes pero, tanto si juega con ellos, como si no, su principal juguete, lo que de verdad usa, es su imaginación y con ella llegará, no solo a la luna, sino a donde él quiera plantear.

Este es un libro con muy poco texto, ideal para leerle a los más pequeñitos de la casa y para empezar a crear el hábito de leerles un cuento antes de ir a dormir. Nos podemos apoyar en los dibujos y hacer que la misma historia sea cada día una aventura porque, hoy le llamrá la atención el cuarto de baño, mañana, los muñecos del salón, pasado verán la selva en la que Telmo juega y así sucesivamente.

A mi me ha gustado mucho esta libro, he disfrutado de su sencillez y su ternura y me he encariñado con Telmo enseguida. Si buscáis un libro bonito y simpático para los bebes que empiezan a dejar de serlo, este puede ser una buena opción.

Un abrazo a todos y nos leemos.

PD: Esta es una entrada programada pero la semana que viene volveré a pasear todos vuestros blogs, ¡sé que encontraré muchas cosas interesantes tras tantos días sin veros!