Don Jorge Álvarez del Castillo Zuloaga.
Cuando hacía mis pininos como periodista, hace medio siglo, tuve ocasión de platicar en corto con mi director, don Jorge Álvarez del Castillo Zuloaga, con quien trabajé durante más de 40 años. Él nunca se ostentó como periodista, pero sabía más periodismo que muchos de quienes nos decimos profesionales.
Un día le pregunté qué era lo que podía y lo que no podía escribir en su periódico (El Informador). Me respondió así: “Puedes escribir todo lo que quieras, porque lo importante no es lo que dices, sino la forma como lo dices.
“Sin embargo –agregó-, te haré una recomendación: Ten cuidado con lo que escribas sobre el Presidente de México, el Ejército nacional y la Virgen de Guadalupe”.
Aquellos consejos, fruto de una larga experiencia periodística local y nacional, fueron determinantes en mi carrera.
Hoy abordo el tema porque veo que aquellos principios están prácticamente olvidados: cada quien habla de lo que quiere, como quiere y cuando quiere, sin cuidar formas esenciales para la civilidad y el trato respetuoso entre la gente.
Los últimos presidentes mexicanos, por lo menos desde tiempos de Fox, voluntaria o involuntariamente se han dedicado a destruir su propia imagen institucional, por el poco o nulo respeto que suelen guardar a los ciudadanos.
En cuanto al Ejército, con todo y que se mantiene como única garantía de soberanía y seguridad nacional, se encuentra hoy más cuestionado que nunca.
¿Y la Virgen de Guadalupe? Ciertamente es la mejor librada, ¿pero por cuánto tiempo?
Creo en la familia como la última tabla de salvación de la sociedad mexicana.
Artículo publicado por el diario La Crónica de Hoy Jalisco en su edición del viernes 2 de octubre de 2015.