Según un Informe de McKinsey llamado “The vanishing Middle Market” (que he descubierto gracias a Álvaro González Alorda), los mercados se están polarizando y, por tanto, todos los ámbitos se ven afectados: las demandas de los consumidores, las necesidades de las empresas, los nuevos profesionales necesarios, la nuevas necesidades de formación, etc. Por mi parte, coincido con los resultados que obtienen y también está relacionado con el concepto de “Talentismo” que ya os he ido comentando en otras ocasiones.
Habla de tres tipos de mercados y la nueva configuración de la demanda de los consumidores. En las últimas décadas, ha tenido un gran éxito el “Middle-Market”, es decir, aquel mercado caracterizado por vender productos y servicios con prestaciones medias, con un precio medio y para un cliente medio. Ahora, dicho mercado se está contrayendo y las demandas se están polarizando a los extremos, es decir, están migrando al “High-End Market” (caracterizado por productos y servicios complejos para clientes con necesidades altas), o se va al “Low-End Market” (caracterizado por productos y servicios simples y de pocas prestaciones para clientes con necesidades bajas).
Por tanto, al cambiar las demandas de los consumidores, se cambian las necesidades y estrategias de las empresas y, por último, los tipos de profesionales que necesitan las empresas y surgen nuevas necesidades de formación. ¿Qué implica esto para los profesionales? Que tenemos 3 opciones:
1) Ser un profesional “Middle-End”, es decir, que no está especializado y sabe un poco de varias áreas, tiene una competencia de profesionales muy grande y percibe una retribución determinada. Este tipo de profesional está en decadencia y, por tanto, las necesidades formativas tenderán a ser más especializadas. La excepción estaría, por ejemplo, en aquéllas personas que no tienen formación empresarial o quieren una formación más microeconómica y necesitan un MBA u otro programa formativo empresarial similar, pero, posteriormente, creo que deberían especializarse.
2) Ser un profesional “High-End”, es decir, uno que está especializado y aporta un gran valor percibiendo una retribución alta por la escasez de esos perfiles. Este tipo de profesional cada vez será más solicitado. Además, hay que destacar que lo digital ya está haciendo desaparecer profesiones actuales y que también que el 60% de los empleos más demandados en un futuro más que inmediato todavía no se han inventado. Recientemente, ya se ha creado otro más: “los Growth Hackers” (profesionales que combinan conocimientos de Marketing y Programación).
3) Ser un profesional “Low-End”, es decir, uno que tiene una formación más simple y con destreza manual, sin grandes exigencias laborales y moderadamente retribuidos. En este mercado se tiene trabajo, pero no hay grandes expectativas de crecimiento profesional y salarial. Al fin y al cabo, es una forma de subempleo.
Una vez visto todo esto, te digo que estés en alerta. No hacer nada al respecto puede salir muy caro. Suelen decir que los extremos no son buenos, pero en este caso son una excepción desde un punto de vista empresarial y laboral. Quedarse en el medio no tiene buena pinta. En mi opinión, los próximos años los van a liderar los “High-End”, ya que son capaces de solucionar nuevos retos en las empresas (especialmente, áquellos con una marca personal sólida y más si son influyentes). Por tanto, si no se toman medidas para ser especialista en algo y excelente, probablemente se tendrá la amenaza (cada vez mayor) de un amplio número de becarios sobradamente preparados (que, lamentablemente, por falta de oportunidades, no tienen otro puesto más acorde a su cualificación), softwares y otras tecnologías que sustituirán mano de obra (por ejemplo, Amazon ya está usando “drones mensajeros” o Google ya está en proceso de fabricación de robots).