Nos gusta hacer alarde de materia gris pues asociamos inteligencia con neuronas. Pero a los neurocientíficos también les interesa la materia blanca, esa maraña de fibras nerviosas que lleva la información de una a otra región cerebral. Nuestra identidad (recuerdos, pensamientos, emociones) deriva de esas interconexiones. El problema es que hasta la fecha no existía ningún aparato que permitiese ver y descodificar el laberinto neuronal en sujetos vivos. Pero eso ha cambiado.
Con una inversión pública de 30 millones de euros, varios equipos de investigación de Estados Unidos se valen de escáneres de última generación para crear una biblioteca de «conectomas», mapas del circuito cerebral, que prometen revelar cómo responde el órgano al envejecimiento, el aprendizaje y otras situaciones. Los resultados del Proyecto Conectoma Humano podrían traducirse en grandes avances en el tratamiento de patologías como el autismo o la esquizofrenia.
En esta imagen, obtenida mediante una nueva tecnología, lo que parece la peluca de un payaso es en realidad una representación cromática de las rutas creadas por las conexiones neuronales del cerebro. Cada hilo representa miles de fibras nerviosas llamadas axones. Su creador, el profesor Van Wedeen, ha ideado una técnica de imagen en 3D que desvela las conexiones a partir de la observación de los movimientos del agua a través de tejidos de fibra. «El cerebro está perfectamente organizado, de ahí su belleza», afirma.
Vía: National Geographic.