Hola amig@s, ¿todo viento en popa y a toda vela? Espero de corazón que sí.
Hoy quiero compartir con vosotros, la parte I de unas acciones diarias para tener y culminar nuestros días con plenitud.
Es importante que, la actitud que adoptes no se vea infectada de negatividad, recuérdalo siempre.
Sonreír:
Una de las cosas más maravillosas que podemos entregar no sólo a quien nos rodea sino que, también a nosotros mismos es, el acto de sonreír. Nunca dejes de hacerlo, pues te llena, da fuerzas y muestra un rostro único y con mucha luz.
Da gracias:
A muchos les parece una tontería. Pero sin duda dar gracias cada día llena de positivismo nuestros días.
Mantente consciente:
Cada acto que hagas, cada palabra que menciones, es imprescindible que lo hagas consciente de ello. No tengas dudas y si las tienes, recuerda siempre pensar antes de actuar y/o hablar.
Disfruta:
Es cierto, todos tenemos responsabilidades, pero, no olvides que también vienes al mundo para disfrutar. Consiéntete, premiáte y continúa con tus propósitos. Eso sí, desarrolles lo que desarrolles en la actualidad, siéntelo y disfrútalo también. Así te mantendrás siempre con motivación y ganas.
Valora cada instante:
Los pequeños detalles, sin lugar a dudas marcan la diferencia. Y es por esta razón que, debes vivir cada instante y valorarlo. De todo se puede obtener un gran aprendizaje. Además, el acto de contar anécdotas es muy saludable.
Ama la vida:
Aquí y ahora, estás pasando por un momento bello, complejo, triste… Da igual, vívelo y ámalo. Da gracias a la vida por proporcionarte y dotarte de diversas experiencias.
Nada ni nadie pueden vencerte:
Olvida ese pensamiento limitante. Pues éste, te impedirá cualquier tipo de avance. Recuerda que tú puedes, no dejes de luchar y crecer en todo momento.
El momento es Ahora y no mañana:
No dejes para mañana lo que probablemente puedas o debas hacer hoy. Nuestras decisiones son una de las bases mas mortíferas. Si nos equivocamos podemos llegar arrepentirnos durante toda la vida. No temas a probar nuevas cosas, aceptar nuevas oportunidades…No cometas ese error.
No optes por la avaricia:
Debes aprender a valorar y querer lo que hoy posees. Pues, sólo así lo nuevo que vendrá será valorado de la forma correcta. Sólo así podrás abastecerte de nuevas cosas con éxito. Así como pretende siempre aprender y querer mejorar, si hoy no tienes buenos ingresos, fórmate. Existen muchas oportunidades. Si un día te levantas superando tus expectativas salariales, no te asustes y/o no te emociones demasiado. La avaricia rompe el saco, no lo olvides nunca.
Quiere siempre sacar tu mejor versión:
No te quedes estancado. Evita eso a toda costa. De forma autodidacta podrás adquirir un sinfín de conocimientos mediante webinars, ebooks, vídeos, libros, audiolibros… Existe extenso material que te ayudará. También, debes dejarte enseñar, mostrarte siempre receptivo. Así profundizarás conocimientos y habilidades reforzando tu persona independientemente de tus propósitos y/o proyectos.
Cambia lo que no te gusta:
Sí, porque puedes. ¿Hay algo en tu día a día que no te gusta? ¿realizas algo que no te da los resultados que buscas? Analiza todo y cambia aquello que no te gusta y que por ende, no ves adecuado para ti. Trabaja bien todos los aspectos. Laborales, formativos, proyectos, amorosos, familiares, amistades…
Desea siempre lo mejor:
Aun siendo una persona que no te agrade mucho su presencia. Debes desear siempre lo mejor. No caer bajo las garras de las personas tóxicas actuando siempre con propiedad.
Mantente organizado:
Una de las cosas que ayudan mucho a ver todo con mayor claridad es, tener todo organizado. Ya bien sea tu hogar, despacho e incluso agenda. Dedica al menos una vez por semana a revisar estos aspectos a fondo.
Centrarte siempre en la solución y no, en el problema:
A menudo ocurre, los problemas inundan nuestros hogares y mentes. Pero OJO no debes caer en esta terrible trampa. Centra todos tus pensamientos en las soluciones y evadirás el estrés y/o posibles futuras depresiones.
Medir siempre tus palabras:
Siempre antes de hablar, debes pensar bien lo que vas a decir midiendo en cada momento tus palabras.
Comprende que tus decisiones son las protagonistas:
Así como tomas las decisiones, debes comprender en todo momento por qué las has decidido y que fin tienes con ellas. Así como qué beneficios te aportarán las mismas.
Eres completamente libre para decidir:
A diferencia de lo que puedas creer o te puedan decir, piensa que eres tú el que puedes y debes ser el responsable de tus propias decisiones.
Valora tus virtudes y aprende de tus defectos:
Todos poseemos ambos. Y, déjame decirte que son dos de los pilares más importantes de nuestra persona. Así es que valora cada una de tus virtudes y, abraza siempre todas las lecciones que te aportan tus defectos.
No te conformes:
Vale, puede que estés en una de las mejores etapas de tu vida. Que tengas buen puesto de empleo, buena vida… Pero, ¿significa esto que no mereces lo mejor? Ve siempre con el propósito de mejorar.
Próximamente publicaré la segunda parte de este artículo en el que, te compartiré algunos actos más que podrás implementar en tu día a día para no sólo tener sino culminar como te dije ya con anterioridad al principio del artículo, tus días con plenitud.
Pero ya te recomiendo encarecidamente que, comiences ya con estos que te comparto hoy aquí para después poder proseguir correctamente con los siguientes.
No olvidándote nunca de que, la felicidad no es un destino, sino que, la actitud con la que se viaja en esta aventura llamada vida.
Abraza la vida, aprovéchala, sé productivo. Vive en plenitud y siempre acompañado de una amplia sonrisa.
Un abrazo,
Omayra Montes