Una de las claves hacia el éxito personal y profesional es mantener una actitud o mentalidad positiva ante la vida. Alcanzar nuestras metas depende en gran manera de la actitud con la que nos enfrentamos a las vicisitudes del día a día. Una actitud positiva reduce los niveles de estrés y mejora la salud de manera significativa. Adoptar una actitud positiva frente al mundo, te hará más feliz y hará que los demás sean felices contigo. Además, mejora los niveles de autoestima y ayuda a sentirse mejor con uno mismo. Te proponemos una serie de ejercicios que te ayudarán a mantener una mentalidad positiva.
No todo es perfecto: una mentalidad positiva no es sinónimo de pensar que todo en el mundo es perfecto, que todo es ideal y nunca hay obstáculos, sino todo lo contrario. Debemos aceptar que no todo es perfecto y que tiene que haber un equilibrio.
La vida no es una película y debemos desechar ese ideal de perfección ficticio. Una mentalidad positiva nos ayuda a no querer tener el control sobre todo porque, sencillamente, es imposible. Muchas cosas se escapan a nuestro control y no siempre saldrán como planeamos. Por tanto, no debemos frustrarnos ni malgastar energía, sino que debe servirnos para aprender de cara al futuro.
Aprender de las cosas malas: en lugar de centrarnos en las cosas negativas del día a día, debemos buscar la lección en ellas y aprender para no cometer los mismos errores. Analizar y enfrentar nuestras experiencias nos ayuda a madurar y mejora nuestra autoestima, lo que sin duda es un paso en positivo hacia nuestras metas y sueños.
Buscar el lado bueno de las cosas: en la vida todo es un cambio constante y las cosas malas pasan aunque hagamos todo lo posible para evitarlo. Pero debemos saber ver siempre el lado positivo o bueno de los obstáculos. Una mentalidad positiva se centra en saber buscar el lado bueno de las experiencias negativas de nuestra vida. Puede ser aprender una lección que nos ayude a madurar o que algo malo te haya llevado a conocer a alguien importante en tu vida. Esto no significa que debamos negar las cosas malas, simplemente saber que existe ese lado bueno.
Amor propio: aumentar tu amor propio mejora la autoestima y nos ayuda a afrontar el día a día en el camino al éxito y a la felicidad. Debemos valorarnos y ser conscientes de nuestras capacidades. Debemos estar orgullosos de nuestros propios logros y no castigarnos cuando cometamos fallos, porque errar está en la condición humana.
Haz deporte: al hacer ejercicio físico se liberan dopaminas y endorfinas que aumentan la sensación de bienestar. El ejercicio además nos ayuda a disminuir el estrés y a adoptar una actitud positiva. También debemos comer de manera saludable sin abusar de los dulces y de la comida basura. Es imprescindible cuidad de nuestro cuerpo y de nuestra mente.
Ser agradecido: da gracias cada día por las cosas que tienes en tu vida, ya sean inmatariales o materiales. Da gracias por la salud, la familia y los amigos, los estudios, por los caprichos que puedes darte y que no todo el mundo puede, o simplemente por el hecho de estar vivo. Piensa cada día en las cosas que te hacen feliz, eso te ayudará a ir dejando de lado los pensamientos negativos y frustrantes.
Sonríe: nuestras expresiones son una manera de expresar nuestras emociones y sentimientos. De manera que mantener una sonrisa te ayudará a sentirte mejor puesto que libera endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad. Además, pensar en emociones positivas mejora la actitud frente a los problemas.