Tengo las manos cansadas
Tengo las manos cansadas.
Ya me sé el lugar exacto,
Deben ser 11 minutos.
Tengo las manos egocéntricas,
Autoritarias, dictatoriales, inflexibles,
Radicales, intrascendentes,
Encaprichadas, dominadoras,
Explotadoras del mismo espacio,
La misma suerte, a la misma hora.
Tengo las manos valientes, trabajadoras,
Descerebradas, autocomplacientes,
Que me demoran, son dos traidoras,
Manipulables manipuladoras.
Que ya ganaron, porque a esa guerra
Se fueron solas.
Tengo dos manos que mienten
Frente al espejo un "¿que tal señora?"
Fingen ser otro y me recuerdan
El libro viejo del viejo loco.
Siempre mojadas, leen a deshora
Rezan borrachas un Zaratustra,
Otro señora, espere un poco,
No muera ahora.
Por: Elaine Roca
Morder lo breve
A causa de mis vestidos rotos
de mis estrellas fracturadas
de mis paisajes eternamente cosidos al recuerdo
alunizan tus avispas de seda buscadas en el aire
lo que no nace adentro
capitombe tuyo y mío, toca
nos toca, tocamos... sus flores
su rodante cielo aburrido
ahora nuestro tomados de la mano.
La boca no tiene peso
si reparte ideas sin mentir
antes antes antes.
Que no se diga nunca
que mi boca, que tu boca
sin palabra mentida
elige tarde un algo, un beso
muerde.
Morder lo breve
lo nuestro mordible, querible
en cremalleras, en bastillas
en los botones estampados de las blusas
en la seda silenciosa del bostezo
Cuando nadie, cuando nada quede
muerde muerde muerde mis atados
sin siquiera tornar algo de vida
a tu vida que es mi vida devuelta sin vivir
vida de avispas en el aire
seda de vestido no buscado
jamás encontrado al fin
en la carrera de vivir en tu carrera
mía, tuya y mía.
Por: María Eugenia Caseiro