Tengo tantas cosas que contar...Me planteo qué me gustaría escribir en este blog, en este post, pero es que no sé por dónde empezar. De hecho llevo tanto tiempo sin hacerlo precisamente por qué no sé qué contar, más que no sé qué contar, es que no sé concretar.La bimaternidadSer madre de dos, me está costando bastante, sobretodo cuando me tengo que enfrentar a estar sola con ellos dos. Y cada día vivo tantas cosas y con tanta intensidad, que cuando pienso en escribir, no sé priorizar.Además a veces me doy cuenta de que me siento muy negativa, de la intensidad con la que vivo las cosas. Luego el Sr. Juan me dedica una sonrisa o una carcajada y Lola me cuenta alguna cosa que le ha sucedido o algún razonamiento de los suyos y paso a verlo de otra manera, de colores.
La frustraciónTambién me viene de nuevo esos sentimientos de miedo y otros de frustración, que viví cuando nació Lola. Luego con el tiempo sé que se van disipando y desapareciendo. Es un miedo a que les pase algo a los niños, sobretodo al pequeño, que además está en una etapa bonita y a la vez peligrosa. Se pone de pie, a sus 6 meses, pero el pobre no se da cuenta de que su cuerpo no está preparado, pero él lo quiere hacer. Se pone de pie y claro se pega cada castaña que a veces puedo pararle, pero otras muchas o no le veo o no llego a tiempo para la torta.Por otro lado digo lo de la frustración, porque está también en un momento en el que como me despegue de su lado en determinados momentos del día, se pone a llorar y con un berrinche gordo. Así que a veces me he visto haciendo la comida, con él a mi lado en la cocina, en una hamaca y con unas voces y gritos que me entristece. Pero es que cuando Lola estaba sola, podía posponer muchas cosas, pero en este caso, si le toca cenar a Lola, no puedo hacer otra cosa. Y encima esos gritos de Juan a veces me sacan mucha rabia y me veo diciéndole cosas en un tono más fuerte.
Así que en estos momentos estoy así. No hablo apenas de Lola porque realmente ella solita va haciendo sus cosas, vestirse, cenar, jugar, etc... La verdad es que la ventaja de que el Sr. Juan y Doña Lola se lleven 4 años, es que ella es bastante independiente. Y eso me permite dedicarme al más pequeño. No quiero ni pensar si se llevaran poco y tuviera dos bebés, que hay que atender a partes iguales.
Aunque la parte chunga de esto es que a veces descuido a Lola y echo de menos esas tardes de ponernos hasta arriba de pintura, y hacer manualidades.
La flexibilidadOtra de las cosas que tanto con un hijo, como con dos es que hay que aprender a ser flexible, a no exigirse. Y digo que hay que aprender, porque yo aún no lo he hecho. Me gustaría llevar a la práctica esta parte, que me haría más fácil la vida. Porque este tema, esa exigencia, me produce mucha ansiedad y mucha culpabilidad en algunos momentos. ¿Os pasa a vosotros?
Lactancia ¿sí o no? ¿seguimos o abandonamos?Las noches han sido un verdadero infierno. No soy una persona que necesite dormir muchas horas, pero un mínimo sí y es que no había ni siquiera ese mínimo. Así que mi marido un día harto de esta situación de tantos despertares y de que yo me pasara los días hecha una m... me propuso que le empezáramos a dar biberones por la noche. La verdad es que es una decisión de esas que se toman a medias porque por una parte siento la necesidad de ese destete nocturno para poder hacer una vida normal y por otro lado dejar la teta aunque sea parcialmente, me crea mucha inquietud y culpabilidad. Además cuando le doy el pecho a Juan, estoy a gusto, y él también, por lo que me da mucha pena. Pero creo que es lo mejor, para poder hacer una vida normal y no de zombie. Y creo que incluso esto beneficiará a los niños, al encontrarme más descansada. Buscando mi hueco y mi tiempoCuando nació Juan tuve una pequeña crisis. Empecé a pensar en que necesitaba tiempo para mi. Supongo que al sentir que volvía a empezar como con Lola, quería tener un espacio para mi. Así que este verano pensé en qué actividades iba a dedicar ese tiempo. Y como tengo tan poco quería elegir bien. Al principio me propuse un montón de actividades, pero es que ya no es una cuestión de tiempo, sino de pelas también. Así que siendo realista, pues me he apuntado a patinaje. Y estoy super contenta. Cada día hago algo nuevo, me permite estar con otras personas y meterme en mi burbuja de independencia por un rato. Os lo recomiendo hacer algo para uno mismo es super necesario, desconectar de la maternidad y paternidad por un rato.
Mi profesiónVolvemos a la frustración. Soy autónoma desde que nació Lola y por una parte mi trabajo, me permite cuidar de los niños, cuando están malos, períodos de adaptación, vacaciones, etc. Pero por otro lado, me siento un poco frustrada. Tengo mis momentos de bajón y otros en los que pienso que es lo mejor. Además dejé de buscar trabajo hace mucho, porque siento que lo que piden en las ofertas de trabajo no soy capaz de hacerlo. En fin como siempre salen a relucir las inseguridades que tengo. Como punto positivo a mi trabajo, lo que estoy haciendo actualmente que es dedicarme a mis kokedamas, plantas y al tema de community management, me gusta. Osea que hablo de desventajas pero también de las ventajas.
Dieta y Ejercicio¿Qué pasó con mi ejercicio y mi dieta? Pues la dieta sigo con ella pero al margen de los smartpoints. Creo que me daré de baja en unos días porque ya no lo sigo, aunque la tengo en cuenta para hacer las comidas. Y con el ejercicio, que aprovecho cualquier momento o cualquier trayecto para ir andando. Y el tema es que tengo una fascitis plantar que me tiene muy molesta. Así que tengo que poner un poco de solución a esta molestia porque a veces veo las estrellas.Vamos poco a poco. Al menos voy mateniendo los 4 kilos que perdí y espero ir perdiendo poco a poco.
Como veis, todo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas o menos buenas. Tengo un montón de puertas abiertas, donde la frustración está bastante presente en mi vida. También la supervivencia, el día a día sin poder casi planificar. Lo bueno de esto, es que no pienso en el futuro, sino en que hoy es hoy y ya veremos qué pasa mañana.
Pero es verdad que tengo dos hijos preciosos, sanos con algunos mocos pero sanos. Y que cuando les voy a buscar o llego a casa, me reciben con una sonrisa y abrazos. Que se me cae la baba con sus sonrisas y que aunque me ponen a prueba todo el día, pienso que no lo estoy haciendo tan mal.