Igual que existen películas para todos los gustos y momentos, existen libros para todas las situaciones y afinidades. Cuando oigo a alguien afirmar con rotundidad que no le gusta leer, siempre pienso que no ha encontrado su libro. No todo el mundo tiene los mismos gustos, ni disfruta con los mismos géneros, pero existe una diversidad tan grande en el mercado que yo definitivamente pienso que sí hay un libro para cada persona. Eso es, para tí también. Y si todavía no lo has encontrado, parafraseando una frase que salía en los chicles de antaño, "Sigue buscando". "Tengo tu número" es un libro para esos momentos en los que no te apetece pensar mucho o para esas personas a las que les gusta leer ligerito (que no "simple" como ellas mismas se empeñan en definir). Tan sólo con ánimo de entretenerte y pasar un buen rato. Incluso para fantasear o reírte así como desconectar un poco del mundo real (que siempre viene bien). Si este libro fuera una película, sería una de esas "bobaliconas" de Jennifer Aniston en las que en todo momento sabemos el final de la peli (no hay sorpresas), pero igualmente nos engancha y entretiene de principio a fin.
Enmarcada dentro de un género que se ha puesto muy de moda últimamente, el género chick-lit, cuyas historias están hechas para pasar un rato divertido sin pensar demasiado. Sophie Kinsella está considerada como una de las dos grandes damas de la novela chick-lit (Marian Keyes es la otra) aunque he de reconocer que a mi sus novelas, casi me parecen más de humor que enmarcadas dentro del propio género.
Esta novela comienza presentándonos a una afligida Poppy Wyatt, que en la mañana siguiente a su despedida de soltera y a diez días de la boda, ha perdido su valiosísimo anillo de compromiso. Por si fuera poco, en plena búsqueda, esa misma mañana, le roban el teléfono móvil. Menos mal que ahí está el karma para suavizar un poco el asunto, que hace que por azar, Poppy encuentre un móvil en una papelera y lo tome "prestado" para permanecer localizable en lo que consigue recuperar su anillo (lo que haríamos todos en su situación, vaya...). Sam Roxton, el dueño del móvil, no está muy conforme con el giro de los acontecimientos, ni muy dispuesto a compartir su teléfono con una extraña PUNTUACIÓN:





