Poppy Wyatt no se lo cree. ¡Nunca en la vida ha tenido tanta suerte! Pero, justo cuando está a punto de casarse con el maravilloso Magnus Tavish, su final feliz empieza a desmoronarse. No solamente ha perdido el valioso anillo de compromiso durante un simulacro de incendio en un hotel, sino que también le han robado el móvil. Aturdida, desesperada, mira a su alrededor y ve un teléfono tirado en una papelera. «¡Perfecto, para mí!», piensa. «Ahora podré dejarles un número de móvil a los del hotel para que me llamen cuando encuentren mi anillo.»
Bueno, casi perfecto, porque el propietario del teléfono no está muy de acuerdo. Quiere que se lo devuelva y tampoco le hace ninguna gracia que Poppy se lance a leer sus mensajes y a meterse en su vida personal. Mientras Poppy y Sam se entrometen el uno en la vida del otro a través de sus mensajes y correos, Poppy no confiesa que ha perdido el anillo y los preparativos de la boda siguen adelante…
“A veces, sin embargo, hay que ser valientes. A veces hay que enseñarle a la gente qué es lo importante en esta vida. Y tengo la fuerte corazonada de que lo que acabo de hacer es lo correcto. Puede que no sea lo más fácil, pero sí lo correcto.”
La necesitaba. No sabía cuánto hasta que comencé a leerla: necesitaba leer una novela como Tengo tu número. Que me hiciera reír, que me divirtiera, que me hiciera olvidar el mundo real para entrar en otro real pero con escenas disparatadas, con una protagonista que tuviera chispa y una pluma ágil para sentirme enganchada a sus páginas.
Y es que la historia empieza fuerte: en plena búsqueda del anillo de compromiso familiar y muy valioso que Poppy ha perdido mientras celebraba su despedida de soltera. Como dirían algunas: DRAMA. Si ya de por sí la situación es peliaguda, le roban el móvil. ¿Cómo, entonces, van a contactar con ella los del hotel, la señora de la limpieza, la del lavabo… si no tiene teléfono? Menos mal que encuentra uno en una papelera. Sí, lo que leéis. ¿Quién tira un móvil a la papelera? Sobre todo si se trata de un móvil de empresa, para más inri, el de la secretaría de Sam Roxton; allí dentro se encuentra prácticamente toda la vida profesional y personal de Sam, y el susodicho no está nada de acuerdo en que se lo quede Poppy, aunque sea temporalmente.
¿Algo más le puede pasar a esta chica? Pues sí. Lo mencionado sólo es el principio de una serie de sucesos muy divertidos que trastocaran la felicidad de Poppy. Para ella serán desgracias, pero yo me lo he pasado pipa leyéndolas. Tengo tu número pertenece a al género conocido como chick-lit, no soy una experta en él pero en lo que he leído me he encontrado de todo: adoro a Marian Keyes –la novela me ha recordado un poco a las suyas, pero Marian toca temas más profundos- pero hay otras autoras cuyos libros no me parecen nada creíbles. Sin embargo, a Sophie Kinsella sí me la he creído. Es cierto que algunas escenas son muy disparatadas, pero son sucesos que realmente me creo que pueden pasarle a cualquiera, más que nada porque yo misma he pasado por situaciones parecidas. De todos modos, el mérito se lo lleva Poppy, la protagonista: me ha encantado, me ha hecho reírme en pleno transporte público y me ha mantenido muy atenta a todo lo que le estaba pasando. De verdad que con ella es imposible aburrirse, va a revolucionar la vida digital –y la real también- de Sam Roxton. Él es uno de esos buenos protagonistas masculinos que escasean en la literatura: un hombre normal y corriente con miles de defectos pero que en el fondo son unos buenazos. El resto de personajes son el complemento perfecto para ayudar a que Poppy y Sam se entrometan en sus respectivas vidas. Incluso en ciertos momentos me han hecho reflexionar sobre hasta cuánto estamos dispuestos a inmiscuirnos en la vida de otros, aunque creamos que es por un buen motivo.
Sí, es cierto que la historia en sí es muy sencilla, que no hay grandes giros ni grandes sorpresas, que los personajes no alcanzan una alta profundización, pero Sophie Kinsella tiene algo que me ha gustado mucho. Su estilo narrativo es muy ágil, directo y ameno, una vez que empieces a leer ya no podrás parar. Hacía ya tiempo que me la habían recomendado con otra de sus novelas, No te lo vas a creer, pero no acababa de dar el paso. Ahora que lo he hecho con ésta tengo muy claro que pienso repetir. Si nunca habéis leído nada de este género o habéis tenido malas experiencias y os apetece volver a probar, Tengo tu número es la novela perfecta. Un consejo: cuidado al leerlo en el metro (o en cualquier transporte público), quedaréis tan absorbidos por la historia que podéis equivocados de línea. Como a una servidora. ¡Palabra de Brownie!
“- (…) Y le prometo que le reenviaré hasta el último mensaje, ¡palabra de Brownie!
- ¿Palabra de qué? –Parece estupefacto.
- ¡Palabra de Brownie! ¿Como las Scouts? ¿Como palabra de honor? Levantas la mano y haces la señal y luego haces un juramento… Un momento, que se lo enseño…”
Sophie Kinsella es el pseudónimo de la escritora británica Madeleine Wickham. Nacida el 12 de diciembre de 1969 en Londres, se educó en el Instituto Putney y se licenció en Filosofía y Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Oxford, ejerciendo como docente y periodista financiera antes de dedicarse a la escritura y al piano. Escribió su primera novela, The Tennis Party, con sólo 24 años, y desde entonces se ha convertido en un éxito de ventas tanto con las novelas escritas bajo pseudónimo como las que publica con su nombre real.
- Plaza & Janés (Random House Mondadori) -