Teoría del caos y el determinismo en los humanos

La Teoría de Sistemas aglutina de forma multidisciplinar distintas ciencias y persigue entender el funcionamiento de los Sistemas. Esta ciencia construye básicamente modelos matemáticos, que con un margen de error aceptable describen su funcionamiento y por lo tanto pueden predecir su estado en un futuro dado. Se trata en general de sistemas físicos como el Sistema Solar, por ejemplo, o la meteorología. En realidad toda la materia está organizada en Sistemas, lo que hay que saber es delimitarlos; reconocer un determinado sistema para un experto Sistémico, puede tener incluso dificultades. Aunque hablan de los sistemas dinámicos en contraposición quizás a los estáticos, lo bien cierto es que se podría decir que estos últimos no existen. En principio nada en el Universo es estático, lo que pasa es que puede parecernos así simplemente porque está inmerso en un “ambiente” espacio-temporal que nos da la impresión de ser eterno y no sufrir cambios.
Los expertos clasifican los denominados sistemas dinámicos en estables, inestables y caóticos. Como comprenderás no vamos aquí a hacer fórmulas matemáticas. Tampoco vamos a ver el grado de complejidad de los distintos tipos que pueden llevar a que los clasifiquemos de ese modo. Nos interesan dos cosas: Ver si esos modelos de sistemas pueden llevar a aproximarnos al “Sistema Ser Humano individual” y tocar un poco de soslayo el concepto de determinismo que está inmerso en ellos.
Habrá que tener en cuenta el contenido inicial del Sistema “Ser Humano”, cuando un óvulo y un esperma se funden y se produce la combinación genética. Este mismo momento que podemos decir que se ha producido “aleatoriamente”, quizá no lo sea tanto. El problema está en tener en cuenta TODAS las circunstancias que lo han llevado a cabo. Incluso hay un componente que se nos escapa todavía que es el de las mutaciones que se producen y que sirven para que el planeta seleccione lo mejor adaptado a sí mismo.
Si en sistemas físicos simples ya es difícil construir determinados modelos, gracias a los ordenadores de hoy en día pueden hacerse modelos de sistemas complejos (piensa en el avance en pocos años de las predicciones meteorológicas). Esto indica que no hace mucho, había aspectos que era imposible tener en cuenta y que por lo tanto se nos escapaban, lo que llevaba a predicciones erróneas.
Los científicos hablan de Sistemas Dinámicos Caóticos, cuando las condiciones iniciales de esos sistemas son muy sensibles a las influencias exógenas que acaban modificándolo. Dada nuestra limitada situación tecnológica actual, es imposible que tengamos en cuenta TODAS las circunstancias, por lo que el modelo será erróneo y nos dará predicciones equivocadas.
Hay un determinismo implícito en estos estudios que nos viene a decir que si se conocen TODAS las circunstancias iniciales de ese sistema, y se conocen también las que van a influir en el mismo con el paso del tiempo, se puede predecir el estado del mismo en un momento determinado del futuro. Esto nos vendría a decir que lo que hemos venido entendiendo como libre albedrío, no existe. Tal afirmación podría suponer para nosotros un jarro de agua fría o peor aún una losa de tonelada y media que cae sobre nuestras espaldas.
No quiero pensar ni por un momento que cuando fui concebido por mi madre ya se podía haber sabido que estaría escribiendo esta reflexión en estos momentos. Por una parte podría pensar “pues que le den a la vida” y voy a montármelo bien, sin demasiadas responsabilidades y que sea lo que sea… o peor todavía, podría llegar a pensar que es imposible en un momento dado dar un volantazo a mi vida. Porque… ¿quién no me dice que hasta ese mismo cambio de rumbo estaba ya previsto?
El hecho de que hasta ahora, la inmensa mayoría de las culturas hayan pensado que tenemos libre albedrío, no quiere decir que no estemos abiertos a ese determinismo que percibimos incipientemente y que hará que descubramos un espacio inexplorado que seguro nos abrirá nuevos caminos en el autoconocimiento.
¿Vértigo? Habrá quien lo perciba y seguro que volverá corriendo al terreno conocido de siempre, por “seguridad”. Otros quizás aceptemos el reto e indaguemos en el espacio profundo de la individualidad; sin miedo, a pecho descubierto, sólo con el arma de la buena voluntad y la fe en sí mismo. ¿Te atreves a indagar?
De todo esto se puede deducir la enorme importancia que tiene una sociedad que contiene reglas justas y que por lo tanto propicia un crecimiento humano sin límites.
Caña a la falta de consciencia transcendente a la que nos aboca la comodidad
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