Revista Informática
Teorías convenientes para mi mentalidad: 13. El bosón de Higgs de las relaciones urbanas
Publicado el 02 junio 2012 por Sesiondiscontinua
1. Las fases en una relación de pareja2. La invisibilidad no sincronizada y la doble decepción masculina3. Hombres4. Ese universal e irrefrenable deseo de convivencia5. Wapis6. Madres profesionales. Madres eclipsadas7. Historia universal de la convivencia en pareja8. Numeritos conyugales: que no te los cuelen sin avisar9. Los herbívoros, el nuevo Contrato Matrimonial y la paradoja Huxley-Houellebecq10. La teoría del carrete11. Las precondiciones de la relación ideal12. La decepción oculta masculinaEl bosón de Higgs es la última partícula del modelo estándar que queda por descubrir. Su existencia está prevista de forma teórica desde 1964, año en el el físico británico Peter Higgs lo propuso para explicar, entre otras cosas que no vienen al caso, la ausencia de masa en los fotones y sí en la de los bosones, la interacción electromagnética y la fuerza débil (con los años esta última denominación parece un homenaje de científico soseras a la saga de George Lucas).Para empezar, ójala existiera un modelo estándar para las relaciones (como existe para la física de partículas) al que nos pudiéramos acoger para explicar tanto las interacciones previstas para --digamos-- un muón y un leptón o, por poner un ejemplo al azar, una posgraduada de 29 años y un macoyas poligonero. ¿No sería fantástico poder predecir qué saldría de cada combinación posible? Bastaría hurgar un poco en la teoría y descubrir si estamos (o no) dentro de alguna interacción prevista en el modelo estándar, lo cual nos tranquilizaría al comprobar que seguimos dentro de la normalidad o nos desquiciaría porque descubrimos que nos enfrentamos a un bosón relacional cuyos componentes y fuerzas aún están por conocer.Otro problema que resolvería este modelo estándar relacional: ¿Qué partículas componen el puzzle de las relaciones urbanas? ¿Cómo interactúan entre sí? Si yo fuera capaz de contestar por lo menos una mínima parte de al menos una de estas dos preguntas sería recordado para siempre como un genio universal, por encima incluso de Newton, Einstein o Hawking. Pero no la tengo. Lo único que podemos hacer con las relaciones es observar y reaccionar; luego observar la reacción a nuestra reacción y volver a reaccionar. Y así hasta el infinito. En este modelo estándar también se cumple a rajatabla el principio de indeterminación de Heisenberg, el axioma fundamental de la mecánica cuántica: con sólo observarlo ya estamos modificando o influyendo en un fenómeno. Apliquemos esto a las relaciones y veremos que --sólo por esto-- estamos rozando una gran verdad fundacional.Si profundizamos en la metáfora del modelo estándar, es posible que podamos aventurar la existencia de una serie de particulas que interactúan en un gran número de relaciones, y aunque no podamos afirmar que es una fuerza universal, si que podemos esperar algunas reacciones comunes en personas muy diferentes y alejadas en el espacio y el tiempo: ¿Por qué la gran mayoría prefiere a las guapas? ¿Cómo explicar esa minoría que aun así deja a su chica por otra más fea? ¿Y las que dejan a su chico por otro más pobre?El problema es que no es posible avanzar demasiado en la metáfora: la física de particulas se compone de 12 elementos, agrupados en 3 familias; mientras que las relaciones son inabarcables en número. El primero es un modelo básicamente deductivo, guiado por la lógica, mientras que el segundo es completamente empírico, alimentado por el instinto y el principio del placer. Aquír es imposible generalizar más allá de --como mucho-- cinco casos conocidos.Las relaciones, como las partículas, se forman a partir de choques al azar con otras partículas que hay por los alrededores. Pero mientras que en la física el catálogo de resultados está --al parecer-- bastante limitado a las cuatro interacciones fundamentales, las relaciones tienen que ver con lo espontáneo, lo instintivo, lo conveniente y lo egoísta. ¿Podría decirse que son estas sus cuatro interacciones fundamentales?O puede que debamos ser positivos: mantener la esperanza en el descubrimiento de un elemento --desconocido pero previsto por ciertos indicios-- que explique el sistema tal como ahora lo conocemos pero inyectando una dosis definitiva de consistencia, igual que sucede con ese maldito bosón de Higgs que todavía se resiste o la materia oscura que al parecer prácticamente llena el universo pero somos incapaces de detectarla. ¿Que haríamos si un día diéramos con ese bosón de las relaciones y completáramos el rompecabezas? Estaríamos más cerca de la perspectiva exacta para resolver algunas encrucijadas o, mejor aún, saber que al final de lo que hacemos está lo que queremos.
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