La forma de amar y desear transcurre de manera inconsciente en las personas y tienen su base siempre en aspectos afectivo-emocionales y sexuales reprimidos infantiles.
Muchas parejas se casan pensando que será para siempre pero lo cierto es que la cifra de separaciones y divorcios crece día a día. Permanecer años con la misma pareja se ha convertido poco menos que en una excentricidad. Laura López, Psicoanalista Grupo Cero y terapeuta de parejas, comenta que muchos de los problemas en la actualidad tienen que ver con no aceptar al otro y no tolerar las diferencias. Querer que la pareja sea como se piensa, revela, es un gran error y motivo de muchas rupturas. Anula el goce cerrando la puerta a la libertad y al deseo.Esta profesional hace hincapié también en los problemas en la comunicación, donde puede estar muy interrumpida. Hay personas, señala, que llegan a confundir pensar, con hacer y hablar y son planos diferentes. Hablar es no contar, decirle a la otra persona lo más conveniente para la relación. Utilizar al otro como confesor, insiste, o de mamá a la que se le cuenta todo para tranquilizar la conciencia o recibir aprobación, es indicativo de inmadurez emocional. La escucha, resalta, también es imposible cuando “escuchar es escucharse a sí mismo en las palabras de otro.”A veces, apunta, se llena la cabeza de fantasías raras a la persona, produciendo celos y malestar y un daño importante. “Las palabras tienen consecuencias y por ello es necesario aprender a hablar, porque no hay mayor afrodisíaco que las palabras, y es lo que produce puentes para el acercamiento con el otro”. Pero también, afirma Laura López, “pueden hacer mucho daño”.Hay deseos inconscientes, explica, que se satisfacen en situaciones sufrientes: renuncias que se convierten en venganzas, hostilidades “enquistadas”, celos, envidia etc. que se ponen en juego de maneras incomprensibles, a través de discusiones “tontas” y que parecen ajenas a la persona.El psicoanálisis en el seno de la terapia de pareja, declara, es una herramienta de máxima utilidad, porque ayuda a determinar y a transformar los conflictos con uno mismo y las trabas en las relaciones. Supone un autoconocimiento y una transformación de los aspectos infantiles que dificultan las relaciones. En los seres humanos, resalta, siempre hay contradicciones que se desconocen y que, bien canalizadas, son una fuerza y energía inestimables para la relación.La terapeuta de parejas explica que cuando no se tienen en cuenta los deseos y necesidades de cada uno, junto con la falta de acuerdos, llegan a convertirse en una olla a presión que estalla ante cualquier roce. Los celos, las infidelidades, el aburrimiento en la relación, la falta de deseo, los problemas en la sexualidad, conflictos con las familias políticas, discusiones continuadas etc. son motivo frecuente de consulta, explica, aunque hay personas que acuden para producir unos buenos cimientos emocionales y sexuales.La forma de amar y desear, apostilla, transcurre de manera inconsciente en las personas y tienen su base siempre en aspectos afectivo-emocionales y sexuales reprimidos infantiles. Los celos, apunta, se convierten en un campo de batalla porque pueden llegar a ser tan ilógicos, tan irracionales, que exigen muchas renuncias y pruebas, no siendo nunca suficientes. Lo que realmente ocurre, explica, es que son deseos que están en la realidad psíquica y que se disfrazan y se proyectan en la pareja, haciendo de espejo. Tienen que ver con los deseos propios de infidelidad, o deseos no reconocidos hacia las personas que se señalan. Los deseos no tienen ética ni moral, subraya Laura. Son mecanismos psíquicos complejos.En cuanto a la infidelidad, ella insiste en que no hay que dejarse llevar por lo aparente, hay una lectura diferente en cada persona y cada pareja que necesita de una interpretación, con ayuda del Psicoanálisis.Laura López, Psicoanalista Grupo Cero y terapeuta de parejas, señala que la terapia de pareja es muy beneficiosa para la persona, porque además de mejorar y transformar las relaciones en la pareja, es una ayuda inestimable para todos los aspectos de la vida. La terapia es productora de deseo, finaliza.