El tercer militarismo es la etapa en la cual se sucedieron varios gobiernos militares, primero con el gobierno de Sanchez Cerro y luego de su muerte con la De Oscaar R. Benvides.
Sánchez Cerro convoco a una junta de gobierno; sin embargo, alzamientos militares y manifestaciones de obreros y estudiantes desataron una grave crisis social y política que lo obligaron a dimitir.
Tras ello, el presidente de la Corte Suprema, Leoncio Elías, asumió el poder por dos días para entregárselo al comandante Gustavo Jiménez. Luego, el dirigente descentralista David Samanez Ocampo tomó el gobierno, convencido de la necesidad de convocar a elecciones.
El Perú sobre todo
Este fue el lema de la Unión Revolucionaria, partido formado por Sánchez Cerro poco antes de las elecciones de 1931. El carisma del militar y el derrocamiento de Leguía despertaron la simpatía popular hacia el partido, principalmente entre los obreros y grupos de la clase media urbana. Propuso el control de la educación y la prensa por el Estado para orientar a las masas hacia determinados valores relacionados a la patria, la religión, la superación espiritual, entre otros.
El retorno del APRA
Haya de la Torre regresó inmediatamente de su exilio tras la caída de Leguía. Súbitamente, la organización aprista inició una carrera hacia las próximas elecciones convocando a la construcción del Estado Aprista. A pesar de que Haya había moderado sus propuestas, para algunos sectores estas continuaban siendo demasiada radicales. Uno de ellos fue la Iglesia Católica, que rechazaba a Haya, entre otras razones, por haberse opuesto a la consagración del Perú al Corazón de Jesús.
Haya de la Torre
La misión Kemmerer
En setiembre de 1930 la junta de gobierno presidida por Sánchez Cerro nombró una comisión de reforma monetaria y se contrató la asesoría del profesor estadounidense Edwin Kemmerer. La tarea básica de la misión fue evaluar la situación de la moneda y las funciones del Banco de Reserva. En abril de 1931 se creó el Banco Central de Reserva, que sustituyó al Banco de Reserva creado por Leguía. Su nuevo y principal objetivo era mantener la estabilidad monetaria y regular el circulante.
Elecciones Generales de 1931
Uno de los sufragios más polémicos de la historia republicana se dio en 1931. Los principales candidatos fueron el coronel Sáchez Cerro por la Unión Revolucionaria y Haya de la Torre por el Partido Aprista. Participó el acérrimo enemigo de Leguía, Arturo Osores, quien contaba con el apoyo de la Coalición Nacional y José María Ureta del Partido Unión Nacional. La victoria fue de Sánchez Cerro, pero los apristas alegaron que se había cometido fraude.
Sánchez Cerro en el poder
La victoria del Coronel Sánchez Cerro genero una ferrea oposición, representada por los apristas en el Congreso de la República. Álgidos debates entre el oficialismo y la cédula parlamentaria, junto con los rumores de conspiraciones e intentos de asesinato llevaron a aprobar una ley de emergencia dirigida a reprimir al APRA. Se desató una escalada de violencia. Uno de los sucesos más sangrientos fue la revolución aprista de Trujillo (1932). Siguieron de cerca varios intentos de asesinato, incluso contra el mismo presidente de la república. El 30 de abril de 1933, cuando Sánchez Cerro pasaba revista a las tropas que irían a Leticia en el Hipódromo de Santa Beatriz, Alejandro Mendoza lo asesinó a tiros. El general Óscar R. Benavides, nombrado anticonstitucionalmente por e Congreso Constituyente, continuaría la línea política militarista.
Entre las obras realizadas durante el gobierno de Sánchez Cerro se cuenta la supresión de la ley de conscripción vial aplicada por el gobierno de Leguía, que ocasionó serios perjuicios al campesinado andino.
En el campo del derecho laboral, se estableció el jornal extra por el Primero de Mayo, el régimen de vacaciones, la construcción de restaurantes populares, el contrato individual de trabajo y se creó un fondo especial para los desocupados.
La Constitución de 1933
El Congreso Constituyente de 1931, presidido por Luis Antonio Eguiguren, elaboró la Constitución de 1933. Entre las principales normas que dictó se encuentran:
- La prohibición de la reelección.
- La libertad de cultos, pese a que la religión católica continúa siendo la religión oficial.
- La obligatoriedad y secreto al voto de los alfabetos.
- El establecimiento del periodo presidencial por seis años.
- La autorización al voto femenino para las elecciones municipales.
- Contempló el habeas corpus.
- La libertad de asociación y contratación.
- La inviolabilidad de la propiedad.
- La libertad laboral.
- La prohibición de encarcelamiento por deudas.
- La libertad de conciencia.
- El derecho a petición.
- La libertad de prensa y reunión.
Transición con Benavides
Un inminente conflicto con Colombia durante el gobierno de Sánchez Cerro y su muerte provocaron el regreso al Perú del general Óscar R. Benavides para dirigir el Consejo de Defensa Nacional. Fue llamado por el Congreso por su prestigio adquirido en el conflicto con Colombia de 1911, nombrándolo presidente constitucional. En el campo político, las relaciones con el APRA mejoraron, muchos presos políticos fueron liberados y se autorizó la circulación de diarios clausurados.
Oscar R. Benavides
Intolerancia política
El año de 1936 marcó el fin del gobierno de Benavides siguiendo el periodo de elección del fallecido Sánchez Cerro. Había que llamar a nuevas elecciones. Sin embargo, la tensa situación política recrudecería con el rechazo de la candidatura de Haya de la Torre. Según la Constitución, los partidos internacionales de origen marxista estaban prohibidos, como el APRA y el Partido Partido Comunista. El vencedor de las elecciones fue Luis Antonio Eguiguren, ex presidente del Congreso Constituyente. Sin embargo, el Congreso no reconoció su triunfo argumentando que había recibido apoyo del APRA y prorrogó el gobierno de Benavides por un periodo de tres años.
Se propagaron en el país actos de censura, exilio y violencia, contándose numerosos asesinatos.
Economía de la década del treinta
En 1929 las exportaciones peruanas se basaron, principalmente, en recursos mineros: cobre, petróleo, plomo, zinc, plata y oro representaron el 67 por ciento del total. Exportaciones agrícolas como el azúcar, algodón y las lanas representaron el tercio restante. Sin embargo, el crack de la Bolsa de Wall Street afectó gravemente la economía peruana y marcó el fin del Oncenio de Leguía. Las exportaciones peruanas cayeron dramáticamente, pero se inició la recuperación de algunos productos de exportación. Don son las principales causas de la evolución de las exportaciones. Por un lado, la retracción de las actividades predominantes como la explotación del cobre y el azúcar. Por otro lado, una mejor distribución de los recursos a favor de los propietarios y trabajadores. Cabe resaltar que aún en 1945 el nivel de las exportaciones no alcanzó las cifras obtenidas en 1929.
Producción algodonera
El algodón fue el principal producto de exportación del Perú. las plantaciones de la costa sur, central y norte superaron a las del azúcar. Unos de los cambios sociales que se observa es el incremento de trabajadores asalariados y de tierras alquiladas por los agricultores. A inicios de 1939, muchos azucareros reemplazaron el cultivo del azúcar por el algodón. Para 1940, el 15 por ciento de la población económicamente activa (PEA) se dedicaba al cultivo del algodón.
Minería
Una serie de cambios como la reorientación del capital extranjero hacia nuevas inversiones y la intervención de la empresa nacional en la explotación de metales como el mercurio, el zinc, el estaño y el plomo, beneficiaron a la producción minera.
Pesquería
El crecimiento de la industria pesquera fue impulsado por la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial. La necesidad de abastecimiento de pescado peruano del mercado estadounidense y la devaluación del sol, que generó el aumento de los precios de los productos importados, favorecieron el crecimiento de la pesca. En 1934 se estableció la primera fábrica de pescado en conserva y con los residuos se elaboraron la harina y el aceite de pescado. En un primer momento, las expectativas fueron abastecer el mercado local, sin embargo, las exportaciones abrirían un nuevo camino para la industria pesquera.
Elecciones de 1939 y fin del tercer militarismo
Para las elecciones de 1939, el Partido Aprista y el Partido Comunista estaban vetados por su ideología internacional; la Unión revolucionaria, a la muerte de Sánchez Cerro, había perdido el respaldo de las masas, y el Partido Civil no había logrado reconstituirse. Los candidatos fueron José Quesada y Manuel Prado. El banquero prado ganó abrumadamente a su rival sumando 262 971 votos con 76 142.