[6/10] Nunca se sabe lo que el mar nos puede ofrecer y lo que uno se puede encontrar al adentrarse en él. Los pescadores buscan su sustento entre las redes y los bancos de peces, y los turistas ven en él sólo un aliciente para el disfrute y descanso. Pero hay personas para quienes únicamente es la vía de escape a un infierno y a veces su misma sepultura. Son los inmigrantes desesperados, que se alejan de su tierra en busca de algún familiar o de una vida digna. Para ellos es una aventura peligrosa y vital que no tiene nada de capricho ni de opción ligera o irresponsable. Es una necesidad alimentada desde la esperanza y que no entiende de leyes ni fronteras humanas… porque sólo conocen una vida que les ha sido adversa y que les exige heroísmo en una huida hacia adelante.
En “Terraferma” encontramos esa triple perspectiva marítima, que Filippo contempla desde su adolescencia. Su padre murió faenando hace tres años, y ahora su madre Giulietta se ve obligada a alquilar su casa a turistas y a convertir la barca de pesca en lancha para el paseo. Pero su pequeña isla siciliana es lugar de tránsito para las pateras norteafricanas… con lo que los problemas llegarán con los sin papeles. Es el universo comprometido de Emanuele Crialese que ya vimos en “Nuevo mundo”, y también su toque post-neorrealista con lugares abiertos y atmósferas cálidas que estaban presentes en “Respiro”. El director italiano demuestra sensibilidad social y hondo humanismo al contraponer las leyes civiles y las del mar, al enfrentar dos generaciones que siempre han tratado de sobrevivir entre la penuria y el infortunio, y al obligar a madre e hijo a una toma de conciencia ante el drama propio y ajeno.
La subtrama de los jóvenes turistas está tratada con poca fuerza y sin sacarle todo el partido posible para el proceso de maduración de Filippo. Tampoco la presencia y actividad de su tío Nino arranca ningún momento auténtico por mucho desparpajo que demuestre, mientras que las llegadas de pateras resultan algo forzadas y artificiosas. Sin embargo, todo está orientado a afirmar el drama de dos madres que se parecen más de lo que a primera vista parece -conmovedora es la escena en que, sin palabras, se abrazan-, y a resaltar el triunfo de las leyes del mar en el corazón de un adolescente… que tiene que aprender desde el error y reparar el daño causado. Desde el punto de vista social, la preocupación por la causa inmigrante se intensifica al ceder la palabra a una madre que recuerda el pasado de dolor desde su Etiopía natal.
La historia gana hondura y humanidad gracias a la expresiva interpretación de Filippo Pucillo y sobre todo de Donatella Finocchiaro, almas latinas llenas de energía y vitalidad que dan a sus personajes toda la frescura y sintonía de un hijo con su madre. Luces cálidas para atrapar atmósferas mediterráneas y una puesta en escena naturalista para esta pesca de altura… en la que un joven aspiraba inicialmente sólo a capturar peces, para después lanzar sus redes a un amor deslumbrante, y terminar “pescando” personas según “las leyes del mar” porque aprendió a conducirse según lo que “era lo correcto”. Con esta obra, Crialese obtuvo el Premio Especial del Jurado en Venecia, y las candidaturas al mejor director y fotografía en los Globos de Oro.
Calificación: 6/10
&En las imágenes: Fotogramas de la película “Terraferma” – Copyright © 2011 Cattleya, Babe Film, France 2 Cinéma y Rai Cinema. Distribuida en España por Vértigo Films. Todos los derechos reservados.
Publicado el 28 julio, 2012 | Categoría: 6/10, Año 2012, Críticas, Drama, Francia, Italia
Etiquetas: adolescencia, Donatella Finocchiaro, Emanuele Crialese, Filippo Pucillo, inmigración, Nuevo mundo, Respiro, Terraferma